El Tepache

viernes, 14 de junio de 2013

SE VALE REIR

Raúl Díaz Berlanga

-No hay derecho a llevar está vida- dijo él muy agitado desde su sillón.- ¡No estudie tanto para esto!  ¿En qué puedo ayudar al mundo? Hice infinidad de planes y proyectos y mírame donde estoy...Recuerdo mis promesas de joven y todavía no lo creo, no doy crédito de lo que me está pasando. ¿Me estás escuchando? Tú y yo hicimos planes, ¿Lo recuerdas, mi amor?
-¿Qué quieres decir?
-Que estoy perdiendo la fe...
-Esto es absurdo, ya tienes mucho tiempo en lo mismo y no sales de eso...
-No seas así, apóyame tantito con mejores comentarios. De plano me desanimas, eres capaz de que si compro un boleto de lotería, con tu mala leche, saco letra en vez de número...Eres muy racionalista, ¡caray!
-No soy racionalista - la chica encendió un cigarrillo-. Lo único que te pido es que hoy no la vayas a agarrar contra Dios, por favor, como lo hiciste la otra ocasión. No en este momento en que estoy disfrutando mi cigarrillo que me prohibió el doctor.
Conque vas a retornar a las fumadas, ¿eh?
-Si, cuando los asuntos de mi vida van mal y tú me tensionas, me dan ganas de fumar...
-Hazme caso, mujer, tu salud está por encima de mis desilusiones, además no jodas con el maldito humo ese...
-Gracias por tus preocupaciones, pero a nombre del ser supremo, que me lleve la chingada, al fin que todos estamos igual. Ya nada tiene sentido en esta pinche vida...
-A propósito de que todos estamos que nos carga la chingada y de esta pinche vida, ¿Te enteraste de que en el Vaticano existe un lobby gay?
-¿Cómo?- muy sorprendida. Eso si tiene sentido, cuéntame más...
Él se levantó del sillón, si dirigió al refrigerador y tomó una cerveza, dándose tiempo para hilvanar todos los datos.
-Retomemos el tema- se acomodó de nueva cuenta en su sillón y se refresco la garganta con su bebida.-Bueno, la cosa es que no se trata de sacerdotes en sí. Los que frecuentan ese lobby celestial, son modelos italianos que gustan de ponerse sotana.
-¿No? ¡Son modelos! o ¿ estripers ?
-Nadie puede decir nada, ni siquiera pronunciar sus nombres, de lo contrario corren el riesgo de ser expulsados de la Santa Sede, ya viste lo que le sucedió al tal nazi ese...
- ¿Qué dice el Papa actual?
-Que todo se puede arreglar, por eso no sale de sus habitaciones, ni quiere estar solo, teme que le hagan algo-dijo guiñando un ojo.
-¡Eh, espera un segundo! No me digas que hay papas gays...
-Que yo sepa, no, solo europeos y afeminados. Eso sí, muchos han sido de poco fiar, se roban el dinero y no precisamente para compartirlo con los pobres...
-¡Ah! conque también hay de esos en la Santa Madre Iglesia, ¿eh?
-Si, incluso han llegado a postular que la existencia de Dios, se dio para corregir cuestiones morales de la humanidad...
-¡Ya vas otra vez con Dios!
Al parecer, la chica se había sacado de onda por su sarcasmo y él para hacer las paces, se acercó para besarla cuando sonó el teléfono. Ella contestó.
-Es para ti.
La voz al otro lado de la línea era un vendedor de tarjetas de crédito de un banco amigo.
-¿Ya se ha decidido usted por nuestra tarjeta?
Tomo un poco de aire, se le pusieron de punta los pelos y grito.
-¡En nombre de Dios, déjenme de chingar!
-Le recuerdo que la otra ocasión, me dijo usted que no creía en Dios- fue lo último que se le escuchó decir al vendedor antes de colgarle.
Ella lo volteo a ver de reojo y con mucha calma le dijo.
-¿Sucede algo malo, mi vida?
El llenó sus pulmones  con mucho aire contaminado por otro cigarrillo de su compañera y trató de volver a poner en orden sus ideas, al tiempo que se volvía a sentar en su  cómodo y confortable sillón.
-No pasa nada, amor, solo que en algunas ocasiones, no resultó ser tan bueno como yo quisiera, ya ves que vivimos en un universo dualista, en donde todo se vale...
-Pero lo que estabas diciendo, sí tiene sentido- lo corrigió ella de inmediato.
-¿Qué quieres decir?
-Si, ibas a empezar a abordar el tema de la fe antes de la llamada.
-¿No estaba hablando de la dialéctica?- dijo él en tono de sorna.
-¿No me digas que ya se te subió la cerveza?
Se quedó un rato en silencio, volteó a ver a su mujer, no se inmutó. Se notaba que estaba habituado a que ella le cambiará los temas de conversación y se mofara de él. En su rostro, de mirada tranquila, se notaba una profunda decepción, pero continuó con su plática, sin desesperarse, tratando de transmitir su estado de ánimo original y real.
-Mira, iré al grano, pienso que el Sumo Pontífice actual, está rodeado de hampones y que el Vaticano ya no es un lugar decente para vivir. Si se descuida lo matan, eh!
La declaración espontánea y muy clara por parte de él, haciendo cara de diablo, le pareció muy divertida a ella y los dos se carcajearon a rienda suelta...
-¡Eso si que tiene mucha gracia!- Ella le concedía al fin, un buen punto a su favor-. ¿Te gustaría comer pasta?
-No gracias, su Santidad- dijo él levantando sus ojos al cielo, sonriendo y mostrando todos sus dientes.
-No te hagas el payaso, ¿En serio, no apeteces nada? ¿Ni siquiera unas galletas?
-Con las ¨Chelas¨ sólo me gustan los cacahuates, porque me provocan sed y eso me hace tomar más...
-No hay cacahuates, pero tengo un poco de queso...
-Prefiero seguir tomando.
-Como tú quieras- suspiró ella.
-¡Granujas!- gritó. El había tomado el periódico y lo leía sentado frente a ella.
-¿Qué sucede?- lo increpó.
-¡Si es mi amigo, el mafioso!
-¿Y? -exclamó ella pensando que estaba muerto.
-¡Que ha salido del anonimato, ese tipo! Con razón dice el refrán que mala hierba nunca muere-comentó con gran alegría. Estos hijos de mala perra son más duros que una losa de panteón...
-¿Por qué dices eso? ¡Cuenta, carajo!- añadió muy molesta.
-¡El angelito, se convirtió en Senador de la República! ¿Puedes creerlo?
-¿Qué estás diciendo?
-Te lo juro. Ya tengo un amigo poderoso, Senador y sé que es bien corrupto. Tremendo cabròn ese...
Por primera vez en el trayecto de toda su vida, se le aclaraba la portada de su rompecabezas. Las piezas empezaban a encajar a la perfección
-¡Ese maldito me va a ayudar! Me las debe...
-¿Qué? No hagas bromas. Ni siquiera sabes lo que dices-le respondió ella de inmediato-. ¡Estás loco, te van a hacer picadillo!
-No, nena- se alzó de hombros, esponjo el pecho y se dio ánimos-. Ahora si voy a poner en práctica todos mis planes.
-¿Quién diablos dice que ese hombre te va a ayudar?- dijo ella, presa de un tremendo enojo-, mejor continua con la búsqueda de Dios...Eso va mucho mejor contigo que eres filósofo ¿Que sería sin ti la cristiandad? ¡Ay, Dios mío! acabarás en la cárcel. ¿Qué trastada piensas hacer, desvergonzado, pecador?
El no se inmuto, se nota que estaba habituado a los constantes sermones de su compañera.
-Mira, amor, ya estoy harto de todo y que me esfuerzo y esfuerzo y no consigo nada. ¡Esta vez me voy a sacrificar!..
-¿Qué te pasa?- preguntó alarmadísima, tratando de suavizar el tono de su voz.
-No llores. Tienes mucha razón en eso que acabas de decirme. Estoy perdiendo la vergüenza. Lo sé. Perdóname, amiga.
-¡Ay, Dios mío santo!-grito ella muy sorprendida y desesperada- Todo por esa maldita noticia del bribón de tu amigo. ¡Te estás volviendo loco!
-Si-contestó de inmediato, ensalivándose con la lengua sus labios pálidos y resecos-. Te prometo que cuando me reponga de este impacto, iré en busca de la vergüenza y la honestidad que muy pronto perderé.
-¡Ay, Dios mío! -volvió a lamentarse ella-. ¡Si que esa noticia te ha dejado bastante idiota!...
-Es inútil que trates de desanimarme, querida - dijo él con mucha firmeza-. Voy a terminar con el opio  del pueblo!
-Pero, mi cielo-le dijo ella con mucha ternura-. Ya los enciclopedistas trataron de terminar con ello y acuérdate que acabaron en la guillotina...Ademàs la mayorìa de la gente consume drogas y hasta los expresidentes la quieren vender...
-¡No me estoy refiriendo a las drogas en sì, estoy hablando metafòricamente, mujer!- dijo èl con  con mucho enfado. A todas luces la noticia de su amigo rufián y ahora Senador de la República, había alterado el funcionamiento de su cerebro-. El opio del pueblo, es la religión y yo ya me lo suponía,  ¡Dios no existe! Pero ¿que más da? Si ahora voy a tener mucho dinero...

-Es muy natural que esto suceda, señora- dijo el psiquiatra a la compañera cuando está le contó a lagrima suelta, todo lo que había sucedido-. Mire usted, los ¨electro-shocks¨ devuelven la cordura a los locos, podríamos intentarlo, el cerebro humano es una misteriosa caja de sorpresas, quién nos dice que regresa convertido en el ¡apóstol San Pablo!..

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