Oficio de Papel
Autor: Miguel Badillo *
Después de concluida la jornada electoral del 1 de julio, el presidente Felipe Calderón arribó a las 13:00 horas del lunes al hotel Presidente Continental, en Polanco, para reunirse en una master suite del piso 40 del lujoso inmueble, con el aspirante priísta Enrique Peña Nieto.
Al
intentar salir de su habitación, uno de los huéspedes se encontró con
un fuerte dispositivo de seguridad que daba miedo. Hombres con armas
largas resguardaban los pasillos del lujoso hotel, por lo que el cliente
regresó a su cuarto. Telefónicamente, reportó a la administración lo
ocurrido, y así se enteró que se trataba de un encuentro entre el
panista que deja Los Pinos y el priísta que aspira a ocupar la silla presidencial. Este cónclave político sería confirmado por dos fuentes más.
De lo que hablaron sólo ellos
lo saben; fue una charla larga y muy secreta. Pero lo que es seguro es
que a Calderón le urgía negociar con quien según el Instituto Federal
Electoral se perfilaba desde la noche anterior como el próximo
presidente. Qué mejor momento que al día siguiente del anuncio
presidencial de que Peña Nieto sería el próximo huésped de Los Pinos. Y
para ello habría que trasladarse hasta la sala de descanso del aspirante
priísta.
Allí, con su simpatía forzada,
Calderón debió implorar impunidad y perdón. Peña, amable hasta que le
otorguen la banda presidencial, escuchó las peticiones, que fueron
tantas como las que escribe un niño en su carta a Santaclós.
Lo más urgente para el panista
es un pasaporte de impunidad para él y su gabinete más próximo librar
investigaciones administrativas y judiciales por el otorgamiento de
contratos mal habidos; obras inconclusas; compras escandalosas y
corruptas de bienes y servicios; desvíos de recursos públicos y, sobre
todo, que el próximo gobernante mexicano le ayude con la denuncia que se
ventila en la Corte Penal Internacional de La Haya, por crímenes de
lesa humanidad, motivados por la “guerra” contra el narcotráfico que
costó la vida y desaparición de 100 mil personas.
Otra de las preocupaciones de
Calderón es la investigación del próximo gobierno sobre la construcción
de la polémica Estela de Luz.
A principios de año
comentábamos en este espacio que entre los expedientes que llaman la
atención a los expertos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF),
y que han prendido las alarmas en Los Pinos, destacan la construcción
del Monumento Bicentenario y el Fideicomiso del mismo nombre, ambos para
la discutida Estela de Luz, obra inútil y absurda que se levantó como
un monumento a la corrupción calderonista y que sólo sirvió para desviar
recursos públicos y enriquecer a funcionarios y empresarios cómplices.
Dicha obra registró un gasto
de más de 1 mil millones de pesos y tuvo, además de un amplio retraso de
tiempo, un incremento de más de 200 por ciento: el presupuesto inicial
era menor a los 400 millones.
Los responsables del festejo
del bicentenario son, además del presidente Felipe Calderón, su
exsecretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, y la presidenta del
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, quienes
aprobaron el proyecto y fueron los encargados de la monumental y costosa
obra.
Preocupado por este tipo de escándalos, Calderón ha iniciado la limpieza del cochinero
administrativo acumulado en más de cinco años de mal gobierno panista.
Su preocupación es que se abran investigaciones en contra de servidores
públicos que abusaron del poder, desviaron recursos federales,
traficaron con influencias y se corrompieron, y que éstos lo puedan
involucrar en el cochinero administrativo.
Por eso, el presidente inició
desde principios de año diversas reuniones en Los Pinos con despachos de
abogados “amigos”, para responsabilizarlos en la defensa de los
expedientes que se prevé provocarán acusaciones penales. El Ejecutivo
requiere de expertos que preparen la defensa legal que lo libre de
prisión. Varios bufetes de juristas consentidos de Los Pinos ya se
frotan las manos ante el excelente negocio que les asignarán para limpiar la corrupción de las administración del gobierno panista.
Algunos de los indicios de las
investigaciones penales por venir lo ha dado la ASF y su equipo de
especialistas, quienes han descubierto poco más de 300 casos de
verdadera corrupción gubernamental, correspondientes sólo a 2010, pero
que sumados a lo ocurrido en los otros años del gobierno de Felipe
Calderón dan cuenta de una verdadera pandilla que operó en la
administración panista.
Con estos datos ahora sabemos
que este gobierno federal no sólo pasará a la historia como el más
violento de los últimos sexenios, sino como uno de los más corruptos,
apenas a la par del sexenio anterior panista de Vicente Fox, quien se
adelantó a Calderón y pactó con Peña Nieto meses antes del proceso
electoral.
Un cuento con final infeliz
Ahora sabe Josefina por qué
perdió. Antes de iniciar su campaña por la Presidencia, Vázquez Mota
cargaba ya con los miles de muertos y desaparecidos atribuidos a los
errores cometidos por su exjefe Calderón. Desde que la primera mujer
panista decidió apuntarse para contender por la candidatura del Partido
Acción Nacional para la Presidencia de la República, la señora estaba
destinada a la derrota, porque el saldo como deja al país el gobierno
actual es de un desastre total.
Días antes del domingo 1 de
julio, Josefina todavía se tiró la puntada, que más parecía un sarcasmo,
de que si ganaba las elecciones nombraría a Calderón como procurador
general de la República, exactamente en la institución que ha fallado
todo el sexenio.?Lejos de hacer su trabajo, el Ministerio Público
federal se corrompió y permitió que el narcotráfico penetrara su
estructura y que sus mandos superiores y medios respondieran a intereses
del crimen organizado.
Pero la aspirante panista sólo
ahora se entera que Calderón la usó y nunca la apoyó en sus
aspiraciones por la Presidencia. Ahora el PAN ha perdido casi todo,
además del proceso electoral, por lo que en adelante tendrá que
reencontrar su moral y reconstruir su dignidad, pues en el camino
traicionó sus principios básicos que le dieron vida.
*Periodista
Fuente: Contralínea 292
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