El potencial forestal de Cherán es vasto, ya que se encuentra entre un bosque de pino y encino que posee una extensión de más de 28 mil hectáreas, de las cuales, según los comuneros, han sido devastadas por la tala clandestina al menos 20 mil hectáreas.
Fuente: Notimex
nclavado en la meseta purépecha, en el centro del territorio michoacano, el municipio de Cherán se encuentra de nueva cuenta en la zozobra, por la inseguridad que viven sus habitantes quienes se mantienen decididos a cuidar el bosque de pino y encino.
El potencial forestal de Cherán es vasto, ya que se encuentra entre
un bosque de pino y encino que posee una extensión de más de 28 mil
hectáreas, de las cuales, según los comuneros, han sido devastadas por
la tala clandestina al men
os 20 mil hectáreas.
El municipio de Cherán está ubicado a 108 kilómetros del oeste de
Morelia y tiene una extensión territorial de 221.88 kilómetros cuadrados
(superficie casi similar a la totalidad de la delegación Milpa Alta
-227.3 kilómetros cuadrados- de la ciudad de México).
Los cheranences señalan principalmente a los habitantes de la
localidad de El Cerecito o Casimiro Leco, como los autores de la
devastación forestal y esto ha originado confrontaciones con los
pobladores de esa comunidad.
El secuestro y asesinato de dos comuneros, Urbano Macías y Guadalupe
Jerónimo, enterrados este jueves, ha vuelto a poner en la mesa de debate
la aplicación de toques de queda, para evitar que ingresen extraños a
la comunidad y que salgan los pobladores.
Durante ese tiempo, levantaron barricadas en los accesos del pueblo,
encendieron fogatas y patrullaron el lugar, en algunos casos con armas
caseras, como medida de autoprotección y en algunos casos con armas
caseras.
En noviembre pasado, al cancelar en el municipio las elecciones de
gobernador, Congreso y alcalde, los comuneros realizaron un toque de
queda que comenzó a las 22:00 horas y terminó en las primeras horas del
día siguiente para evitar la violencia.
Ubicado entre los municipios de Zacapu, Nahuatzen, Paracho y
Chilchota, el de Cherán es el único del estado que es gobernado por un
Concejo Ciudadano, que fue elegido mediante usos y costumbres.
Está conformado por 11 hombres y una mujer, quienes pueden ser
removidos en el momento en que la ciudadanía considere que no están
cumpliendo con su responsabilidad.
Fue el 18 de diciembre del 2011, luego de que el Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) reconoció su derecho a
elegir a sus autoridades, cuando habitantes de los cuatro barrios de
Cherán, a través de una consulta, votaron a favor de la elección por
usos y costumbres.
El proceso fue avalado también por el Instituto Electoral de
Michoacán (IEM), que organizó la elección por usos y costumbres,
realizada el pasado 22 de enero, y en la que participaron dos mil 856
ciudadanos mayores de 18 años.
La elección de los concejeros se realizo a “mano alzada” en asambleas
de barrio y los concejales fueron propuestos de entre los habitantes
destacados por su actividad vecinal.
El proceso de autogobierno de este municipio indígena de origen
purépecha inició en abril de 2011, cuando las autoridades
constitucionalmente elegidas fueron prácticamente desconocidas y
acusadas de proteger a grupos de talamontes y del crimen organizado. En
el municipio viven alrededor de 16 mil habitantes, la mitad de éstos en
hogares indígenas, que se dedican al cultivo del maíz, trigo, papa y
avena, entre otros.
También está en sus actividades la cría de ganado diverso, así como
la industria de la madera y el corcho, lo que ha generado
enfrentamientos con los talamontes de la región.
En Cherán no se permitió la colocación de urnas para la elección
estatal y municipal de noviembre del 2011 y tampoco para la presidencial
del 1 de julio pasado.
Su principal reclamo es la falta de interés de las autoridades para dar solución a sus problemas sociales y de seguridad.
En este último punto, a través de representantes comunales y
consejeros ciudadanos, han denunciado la presencia en los bosques de
talamontes amparados y protegidos por el crimen organizado.
Los comuneros señalaron rutas de acceso y salida, número de hectáreas
taladas, destino de la madera y hasta centro de reunión de las bandas
de delincuentes.
Sin embargo, el municipio continúa sin vigilancia permanente por
parte federal, instancias a las que han solicitado que se hagan cargo de
la seguridad, por la desconfianza que les genera la policía estatal o
municipal.
Para cuidar sus bosques, los lugareños se han organizado en rondas,
sin embargo, están formadas por hombres (policías comunitarios) sin
entrenamiento ni estrategia, portan armas, simples si se comparan con
las que tienen en su poder los grupos criminales que operan en la zona.
La defensa de sus tierras ha ocasionado que desde abril del 2011 a la
fecha un total de 16 comuneros hayan sido secuestrados o asesinados.
El caso más reciente y cruento registrado previo a la muerte de
Urbano Macías y Guadalupe Jerónimo, fue el ocurrido el pasado 18 de
abril, cuando comuneros de Cherán fueron emboscados por presuntos
talamontes originarios de El Cerecito.
El hecho dejó como saldo un total de ocho comuneros muertos y otros cuatro gravemente lesionados.
Tras el ataque, el Concejo Ciudadano suspendió por mas de una semana
las clases en todos los niveles escolares y ordenó el cierre de los
accesos y salidas del municipio.
En la última reunión sostenida con el secretario de Gobierno, Jesús
Reyna García, los cheranences exigieron la instauración de una base
militar e incluso ofrecieron un terreno para tal efecto.
Agrupaciones como el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad,
que encabeza el poeta Javier Sicilia, han reconocido y manifestado su
solidaridad con Cherán y su gente.
Actualmente, los comuneros de Cherán se han declarado en asamblea
permanente para determinar el camino a seguir y con ello evitar que más
lugareños sean víctimas de la inseguridad, pues su intención es mantener
la protección de los bosques.
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