El Tepache

miércoles, 4 de julio de 2012

Escándalo nacional


La denuncia que en su momento realizó el Movimiento Progresista sobre la compra del voto a través de tarjetas Soriana, quedó al desnudo cuando miles de personas acudieron en tropel a hacer efectivas las promesas hechas por el PRI de depositarles dinero a cambio del sufragio por Enrique Peña Nieto / “Nos dijeron que eran de 500 pesos y llega uno a la caja y son de 100 méndigos pesos”, manifestó María


MEXICO, D.F., 3 de julio (AP/APRO).- Miles de personas se apresuraron el martes a canjear unas tarjetas prepagadas que, según dijeron, se las regaló el partido que ganó la presidencia de México, alimentando las acusaciones de que las elecciones del domingo estuvieron manchadas por una enorme compra de votos.
Algunos de los poseedores de las tarjetas estaban furiosos. Se quejaron de que no recibieron tanto como se les prometió o de que algunas tarjetas ni siquiera funcionaban.
Los vecinos de una de las tiendas ubicada en un barrio pobre de las afueras de la Ciudad de México dijeron que la multitud de clientes, inusualmente grande, les impedía hacer sus compras cotidianas.
Algunas personas que estaban comprando en la tienda dijeron que se les avisó que las tarjetas sólo serían válidas por dos días después de las elecciones y que tuvieron que esperar hasta el martes porque la tienda estuvo abarrotada el lunes.
Según la ley electoral mexicana, dar regalos a los votantes no es un delito a menos que esté condicionado a su voto o a influir en él. Además, los partidos deben informar a las autoridades del costo de los regalos y no pueden exceder los límites de gastos de campaña.
Las violaciones de estas normas suelen ser castigadas con multas, pero generalmente no se consideran motivo para anular unas elecciones.
Algunos de quienes hacían fila para usar sus tarjetas de regalo dijeron que las recibieron a cambio de apoyar al Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyo candidato Enrique Peña Nieto ganó la presidencia, según el conteo preliminar de votos.
Algunos llevaban gorras y camisetas rojas con el nombre de Peña Nieto en letras blancas.
María Salazar, una estudiante universitaria de 20 años, se presentó con su padre, Antonio Salazar, de 70 años, para cobrar tres tarjetas de regalo.
“Nos las dieron a nombre del PRI y del ‘diputado’ Héctor Pedroza (un candidato del PRI al Congreso), y nos dijeron que contaban con nuestro voto”, dijo María Salazar afuera de la tienda, mientras llevaba bolsas de plástico llenas de papel higiénico, aceite, arroz, galletas saladas y sopas instantáneas de fideos.
Su padre cargaba dos bolsas de comestibles y un sobrino de María, de ocho años de edad, llevaba otra.
“Nos dijeron que eran de 500 pesos y llega uno a la caja y son de 100 méndigos pesos”, manifestó María.
“Nos dijeron que teníamos uno o dos días (para canjearlas), porque las iban a cancelar”, dijo Antonio Salazar. “Es una chingadera”, agregó.
Tanto ella como su padre dijeron que se les pidió entregar una fotocopia de su credencial de elector a cambio de obtener las tarjetas de regalo.
Otra mujer entrevistada afuera de la misma tienda de la cadena Soriana también se quejó de que su tarjeta sólo tenía cargados 100 pesos (7.50 dólares).
“Para ayudarlos con votos y todo... nos dieron una tarjeta a cambio de apoyarlos, y todo por 100 pesos”, dijo la mujer, que sólo se identificó como Josefina, por temor a represalias.
Añadió que había recibido la tarjeta si votaba por Peña Nieto, pero se quejó de que “100 pesos te duran unos cinco minutos”.
Dentro de la tienda también se formaron filas largas frente a máquinas de lectura de tarjetas, con gente que quería averiguar sus saldos. Algunos se enojaron y gritaron insultos contra Peña Nieto.
Los compradores regulares estaban molestos por las filas. “Yo iba a comprar pan ahorita, pero no pude porque están las colas tremendas, donde uno ni puede entrar”, dijo enojada María García Lobato, vecina de la tienda.
El equipo de campaña de Peña Nieto y la oficina de prensa del PRI dijeron que no tenían declaraciones de inmediato al respecto.
En los últimos días de la campaña, funcionarios del PRI negaron acusaciones similares acerca de que el partido había distribuido tarjetas de débito de un banco local.
Humberto Fayad, vocero de la cadena de tiendas Soriana, negó que la empresa hubiese vendido grandes cantidades de tarjetas electrónicas al PRI.
“No hay ningún acuerdo entre Soriana y el PRI, ni entre Soriana ni ningún partido político. Soriana es una empresa apolítica”, declaró Fayad.
Antes de la elección, el PRI acusó al conservador Partido Acción Nacional (PAN), cuya candidata quedó en tercer sitio en las votaciones, de entregar despensas durante la campaña y aseguró que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) recibió financiamiento ilegal en la campaña. Ninguna de estas dos acusaciones han sido demostradas.
El viernes previo a la votación, el PRD —cuyo candidato Andrés Manuel López Obrador quedó en segundo lugar— emitió una declaración acompañada de fotos de decenas de las tarjetas de Soriana, diciendo que habían sido distribuidas por un sindicato afiliado al PRI.
El PRD, de tendencia izquierdista, dijo que presentó una denuncia ante las autoridades electorales.
Las acusaciones de compra de votos no se limitan a la Ciudad de México y las quejas se acumulan en varios estados que estaban en disputa.
El PAN acusó a la campaña de Peña Nieto de adquirir unas 9,500 tarjetas prepagadas con un valor de 71 millones de pesos (5.2 millones de dólares) para regalar a cambio de votos.
Las autoridades dijeron que una empresa compró esa cifra de plásticos, pero no ha encontrado evidencia directa de la compra de votos. La investigación continúa.

“Sorianagate”
En la tienda Soriana de avenida Zaragoza No. 1886, colonia Juan Escutia, de la delegación Iztapalapa, Luis Antonio Fierro Jiménez argumenta así su decepción, igual que la de cientos de habitantes de Ciudad Nezahualcóyotl que fueron timados por los operadores del Revolucionario Institucional:
“El PRI estuvo regalando tarjetas Soriana con un valor de mil a mil 200 pesos, pero en realidad traían 100 pesos. Te las daban a cambio de tu voto”.
En esta tienda de supermercados, pertenecientes al empresario lagunero Ricardo Martín Bringas, se ha documentado de manera palpable la estrategia de compra del voto que operó el PRI, sobre todo en el Estado de México.
La primera plana del periódico La Jornada documenta con una foto este 3 de julio cómo se realizan las compras de pánico en las tiendas Soriana, epicentro de un gran escándalo que puede llevar a una de las sanciones y multas más altas, si los consejeros del Instituto Federal Electoral investigan.
El Sorianagate se fue configurando desde la última semana del proceso electoral. El pasado 28 de junio, la dirigencia nacional del PRD presentó 3 mil de un total de 1 millón 800 mil plásticos de este supermercado que fueron repartidos en los municipios del Estado de México con saldos de mil a mil 200 pesos. Tan sólo este gasto para la “promoción del voto” a favor de Enrique Peña Nieto significaría un mínimo de 1 mil 800 millones de pesos, es decir seis veces más que el rebase de topes de gastos de campaña, que son de 336 millones de pesos.
El PRI y el gobierno priista de Eruviel Ávila se deslindaron de inmediato, pero las pruebas sobre esta estrategia de cooptación del voto se han multiplicado en los últimos días.
El descontento de los mismos sufragantes que ofrecieron sus credenciales de elector a cambio de un plástico con mil pesos se verá en los municipios mexiquenses.
La otra prueba clara de este presunto desvío multimillonario del presupuesto mexiquense para la campaña de Enrique Peña Nieto está en los mismos contratos que el Estado de México destinó para las tiendas Soriana.

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