Autor: Álvaro Cepeda Neri *
Durante casi 12 años –de Vicente Fox a Felipe Calderón: las dos caras de la misma moneda
derechista con la sigla del Partido Acción Nacional (PAN)– se han
sucedido todas las desgracias sobre la nación, con los factores comunes
de la sangrienta violencia, el empobrecimiento masivo y el desempleo
generalizado. Políticamente el foxismo y el calderonismo son la
continuidad de dos gobiernos federales fallidos. Económicamente,
no menos de 100 millones de mexicanos con todas las modalidades de la
pobreza, alimentaria sobre todo, transitan en el filo de una crisis
donde Fox y Calderón no tomaron decisiones atinadas para promover un
mejor salario, ni para ejecutar inversiones públicas en una economía
mixta para empujar las inversiones privadas y extranjeras y,
keynesianamente, poner las condiciones para la producción,
productividad, demanda-consumo y gasto público, para alcanzar el máximo
empleo, el bienestar social y la paz pública. En lugar de esto, optaron
por dejar escapar al narcotraficante millonario y alborotar a
militares y policías para poner en acción una “guerra” que alcanza más
de 100 mil homicidios (si no es que más, pues las cifras oficiales
mienten) entre narcotraficantes, uniformados, niños, estudiantes,
feminicidios, periodistas y civiles que Calderón ha calificado de “daños
colaterales”.
Hay más de 80 periodistas asesinados. Más de 20 desaparecidos. Más
de 25 asilados. Y cientos que han dejado la profesión o ya no informan
sobre la sangrienta violencia que se enseñorea por todo el territorio.
Durante 12 años de mal gobierno antidemocrático y antirrepublicano del
PAN y sus elites que rompieron con el gomezmorinismo y, más Calderón que
Fox, pasaron de largo ante la advertencia de Carlos Castillo, con tal
de ser dos presidentes del montón que prefirieron corromperse a
la sombra de aquella respuesta a Calles, cuando lo increparon por ladrón
en el poder presidencial y replicó: “¡pruebas!”, a lo que le
contestaron: “¡Te acuso de ratero, no de pendejo!”.
Se van de Los Pinos, la mansión para descanso con todos los gastos
pagados, un sueldo millonario con todo y jubilación. Fox y Calderón no
supieron ser la alternancia ni menos la transición a la democracia. Y
además, fueron politiquillos, ni siquiera políticos; encubridores de las
pandillas de amigos que llevaron a la administración pública, a la que
privatizaron, para servir a los empresarios y servirse del botín
presupuestario. Así que el peligro era y es Calderón. Éste hace las
cuentas alegres y a la “Pilatos” se lava las manos de la violencia
sangrienta, donde están incluidos 81 periodistas.
En Veracruz, donde está el inepto desgobernador Javier Duarte, más
de 20 trabajadores de la prensa escrita han sido privados de la vida; el
más reciente fue Víctor Manuel Báez Chino. Y la criminalidad que impera
en el país se debe a la necia y cínica conducta de Calderón, y del
mismo Fox, que nada hizo para impedir la fuga del Chapo Guzmán,
que inició el auge del narcotráfico que tiene a la sociedad, gobierno y
Estado atrapados en una guerra fallida que no ha logrado contener a las
delincuencias organizadas.
Éstas han impuesto un poder paralelo, con todas sus ilegalidades y
suprimiendo la vigencia de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y constituciones de las entidades (en Sonora,
Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango, Sinaloa, Jalisco.
Michoacán, Colima, Aguascalientes, etcétera), que desafía al poder
institucional, porque Calderón no supo ni pudo resolver el problema de
la inseguridad. Y ha logrado que los militares, con Galván, y la Policía
Federal, con García Luna, se hayan corrompido más y estén de lleno en
la disputa del botín de la corrupción y de los poderes fácticos y
estatales.
Calderón es el peligro (y Fox), y lo es de aquí a que se vaya,
obviamente huyendo, creyendo que si escapa al juicio político
constitucional y al deslinde de responsabilidades en La Haya, en la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos por lo de la Guardería ABC, y
por más de 100 mil homicidios, su partida quedará en la impunidad. Esto
es más que dudoso. Al menos los asesinatos de los más de 80 periodistas
no permanecerán en el olvido al lado de los 100 mil crímenes resultado
de la “no-guerra” calderonista, cuyo responsable directo es Felipe
Calderón y sus amigos incrustados en el presupuesto de salarios, quienes
con García Luna, el general Galván, el titular de Marina, Mariano
Francisco Saynez, el de Gobernación, la Procuraduría General de la
República y todas las secretarías del despacho presidencial, que nada
hicieron por la seguridad nacional.
Al peligro que sigue siendo Calderón, bien le van los versos de
Ángela Figuera Aymerich: “toma tus muertos uno a uno, ciento a
ciento/Mil a mil, cárgalos todos/Sobre tus hombros y desfila al
paso/Delante de sus madres/”.
*Periodista
http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2012/07/15/el-peligro-era-y-es-calderon/
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