Medios, encuestas contribuyeron a la imposición de Peña Nieto
Como lo anterior no bastó, el PRI compró votos a granel
Julio Boltvinik
Puesto que es casi un hecho que el TEPJF (más conocido como Trife)
declarará válida la elección y, por tanto, a Peña Nieto (EPN) como presidente
electo (que ahora podrá tomar posesión del cargo, incluso en su casa o en
Televisa, gracias a las más recientes reformas constitucionales), lo que ya
anunciaron el IFE (adelantándose a descalificar la demanda de invalidez de la
elección del Movimiento Progresista, MP y Calderón reuniéndose en Los Pinos con
EPN, y dado que éste no insistió (al parecer) en el recuento de los votos en las
casillas no recontadas en el conteo distrital, quedará para estudios por hacer
dilucidar el peso relativo que en los votos contados y registrados
electrónicamente (los únicos que podemos analizar) tuvieron: 1. la compra (y
coacción, incluyendo la ejercida por el crimen organizado) del voto; 2. el
exceso de gastos de campaña del PRI; 3. los evidentes sesgos de los medios,
particularmente de Televisa que empezó la construcción de la imagen de EPN desde
2005 a cambio de jugoso contrato, y los sesgos (sobre todo) cualitativos (a
favor de EPN y contra AMLO), en las imágenes y palabras transmitidas de los
candidatos; 4. el papel de las encuestadoras que hicieron sentir a la población,
mucho antes de las campañas, que EPN era el ganador invencible. Considero que
hubo también fraude hormiga o a la antigüita que no debería haberse dejado a un
lado. Hoy me centro en los puntos 3 y 4 siguiendo de cerca el excelente artículo
inédito de Araceli Damián, El papel de los medios y las encuestas en el
proceso electoral, que se apoya en un detallado análisis de algunas
preguntas de la Encuesta Nacional de Preferencias Electorales (ENPE) del
Observatorio Universitario Electoral (OUE) levantada por Berumen y Asociados
antes del segundo debate.
La primera pregunta del cuestionario de la ENPE-OUE fue ¿por qué medios se
entera de las noticias? El 82 por ciento mencionó en primer término la tv y sólo
6.5 por ciento el radio y 6.4 por ciento los periódicos. Además, sólo 13.2 por
ciento de los que se enteran por la tv dijo confiar poco o nada en lo que ahí ve
y oye (41.5 por ciento dijo confiar mucho). Es decir, si descontamos 13.2 de 82
por ciento, resulta que el 71.2 por ciento se entera en primer lugar por la
tv y le tiene mucha o regular confianza al medio. La influencia de los
canales de tv abierta que cubren todo el país, como se ve, es enorme.
Damián
concluye:
Lo anterior significa que los pobres y, en particular, las mujeres pobres no tienen acceso a otros medios de información distintos a la televisión, por lo que se convierten en un sector altamente vulnerable a la manipulación mediática. Según la ENPE-OUE analizada por esta investigadora de El Colegio de México, quienes se enteran en primer lugar por la tv habrían votado por EPN en mucha mayor medida que por AMLO. Si hacemos la suma de preferencias por EPN, AMLO y JVM igual a 100 por ciento (es decir, ignoramos a los que votarían por Quadri o sin voto definido, los porcentajes de preferencias de estos televidentes por EPN y AMLO serían 46.4 y 30.5 por ciento; en cambio, entre quienes se enteran en primer lugar por radio o periódico habrían votado en mayor medida por AMLO que por EPN: 44.9 vs. 41.6 por ciento. La fuerte influencia de la tv también fue medida por Damián al combinar las preguntas de por qué medio se entera y quién piensa que ganará la elección: la distancia entre los que pensaban que EPN ganaría la elección y los que pensaban que sería AMLO el ganador más que se duplica entre quienes se enteran por radio o periódico y entre quienes lo hacen por tv. La tv no sólo influye en la preferencia electoral y en la creencia sobre quién será el ganador, sino también en la buena/mala opinión de los candidatos, demostrando que lo dicho arriba sobre el sesgo cualitativo con el cual la tv presenta a los candidatos, es muy eficaz para generar la imagen que quiere generar. Mientras entre quienes se enteran primero por tv el saldo de opiniones muy buena/buena menos mala/muy mala de EPN es mucho mayor al de AMLO: 17.3 vs. 3.9, entre quienes se enteran primero por radio o periódico, el saldo de AMLO supera con mucho al de EPN: 12.6 vs. 5.8.
En cuanto a las encuestas, la autora afirma lo negado por varias casas
encuestadoras: que la difusión de los resultados de las encuestas tienen
influencia en las preferencias de la gente. Partiendo de un excelente artículo
sobre las encuestas incluido en ADNPolítico y revisando la bibliografía
sobre el tema, encontró que el efecto de la difusión de las encuestas es muy
conocido (se le llama efecto bandwagon en inglés y efecto
borrego en español). Señala que en un artículo de 1994 del Journal of
Politics Goidel y Shields comprobaron que entre los indecisos o los que
tienen una convicción partidista débil existe una elevada proclividad a votar
por el que se presenta en los medios como el probable ganador de la contienda.
Añade que, según el sicólogo político Eskibel, la difusión de encuestas en los
medios masivos de comunicación
promueve un impulso ancestral que parece venir desde el fondo más primitivo de nuestro cerebro. Es el impulso a seguir a la manada, a dejarnos arrastrar por ella, a dejarnos llevar. Dicho autor añade: “En campañas electorales, el efecto bandwagon opera sobre la parte menos informada del electorado [que en México es la mayoría que sólo ve la tv chatarra, podríamos añadir] y con menores definiciones partidarias e ideológicas. Por eso muchas campañas electorales buscan provocar dicho efecto”. Es lógico pensar que este efecto se maximizará si las encuestas difundidas dan una diferencia muy amplia entre el primero y el segundo lugares, como lo hizo el grupo de consenso que trabajó para grandes medios de difusión. La gráfica anexa muestra los resultados últimos (de finales de junio) de las encuestas públicas y los compara con las encuestas de salida (ES), los conteos rápidos (CR), el PREP y el conteo distrital (CD). A diferencia de otros análisis, he homogenizado los datos de diversas fuentes, incluyendo el PREP y el CD, para calcular siempre el porcentaje de votos de un candidato respecto de la suma de votos de los candidatos registrados solamente. Como puede apreciarse, y como lo han reconocido diversas casas encuestadoras, muchas de ellas (Milenio-GEA-ISA, Mitofsky, Grupo Fórmula Con-Estadística, Excelsior-Ulises Beltrán, El Universal-Buendía y Laredo y El Sol de México-Parametría) sobrestimaron fuertemente (más del doble todas las mencionadas y Milenio Gea-ISA casi el triple) la ventaja de EPN sobre AMLO en comparación con el PREP/CD. Las casas encuestadoras y, en algunos casos los medios que publicaron sus resultados, han dado explicaciones y una de ellas se disculpó y anunció su retiro de la publicación (y suponemos que del financiamiento) de encuestas. El efecto que buscaban lograr, sin embargo, ya se había obtenido. Sus
erroresayudaron a Peña Nieto a ganar aunque sólo sabremos qué tanto pesaron en comparación con la compra de votos, la coacción y el fraude, si emprendemos una amplia investigación a todas luces necesaria.
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