Escrito por Carlos Emilio Ibarra
Fotografía/Pulso Crítico en Veracruz
Un coro generalizado se hizo escuchar el
pasado domingo 10 de junio. Una tonada conocida por las juventudes y
una letra más que asimilada, vivida: “Gimme the Power”,
famosa canción de la banda Molotov, ésta que le dio aire fresco a paseo
la Reforma y al Ángel de la Independencia, en donde se dieron cita
aproximadamente 150 mil ciudadanos al medio día, para manifestarse
contra Televisa y el candidato a la presidencia de la coalición Partido
Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de
México (PVEM), Enrique Peña Nieto.
Dicho mitin sirvió también para recordar el asesinato en 1971, de 44 jóvenes universitarios, hechos
que marcaron a una generación que fuera severamente agredida por el
autoritarismo y la represión característica del gobierno priista de Luis Echeverría.
Ahora la vida en la plaza pública ha
cambiado y las nuevas generaciones la toman de manera pacífica pero con
mayor fuerza y sin tintes de temor, así es como se muestran en los
diferentes videos cargados en la red, especialmente los expuestos a
través de Youtube, como el subido por el canal ElLadoDeLaVerdad, titulado: Segunda Marcha Anti Peña Nieto 10 de junio #soy132, con una duración de más de tres minutos, con incendiarias imágenes.
Pancartas, altavoces, cartelones,
matracas, imágenes, calcomanías y playeras con logotipos anunciando el
desdén hacia la estructura y la esencia del PRI. Por igual se expresa el
repudio hacia Televisa. Los señalamientos contra quienes son
considerados como los gestores y responsables de la múltiple crisis
mexicana, fueron alzados al aire en busca de sacar la explosiva energía
que se ha venido acumulando y que hasta ahora empieza a encausarse en un
viable y urgente proyecto ciudadano: la transformación de la nación
mexicana.
Las exigencias de los cientos de los
ciudadanos, tomaron ritmo con la letra de Molotov: “Porque no nacimos
donde no hay que comer, no hay porque preguntarnos como le vamos hacer,
si nos pintan como unos huevones, no lo somos, viva México cabrones”,
continuaban cantando con sentimiento miles de manifestantes las vigentes
estrofas de la canción que fuera bloqueada en las transmisiones,
precisamente de Televisa. La cerrazón del consorcio televisivo llevó al
grupo a componer “El Carnal de las Estrellas”, en protesta a su censura y a miembros de la televisora, como el productor Luis de Llano.
Es claro, el regreso de las
composiciones de Molotov, grupo que surgiera justo durante el error de
diciembre, el asesinato de Colosio y Ruiz Massieu y la represión hacia
el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), son datos que dan
cuentan y explicación de su origen como banda de protesta. Es evidente
que la crisis social, política y económica, formaron y forman parte del
material de inspiración en sus éxitos discográficos y que debido al
contexto que se atraviesa en México, embonan a la perfección y congenian
perfectamente con la protesta que ellos realizaran años atrás y que hoy
es la base de la movilización de #YoSoy132: No más de Televisa y sus
intereses.
La unificada voz de repudio del
movimiento universitario al que se han venido sumando otros más (Atenco,
CNTE, SME, Feministas, etc), se lanzó de manera consecuente hacia la
que parecía una infalible pareja: EPN y Televisa, resonando contundente
con un “no” a la tradicionalista secrecía y tergiversación de la
información, con un “no”, a la imposición de políticos y a la
desinformación ciudadana y un “ya basta” al pseudo-periodismo, por el
contrario, se pronunciaron con un sí, a la democratización de los medios
de comunicación en México.
La necesaria y urgente transformación
social mexicana, que se exige desde las calles, necesita del despertar
verdadero de la ciudadanía, además requiere, de que la indignación, esta
que se ha generado debido a los abusos, las injusticias, corrupción,
pobreza, violencia, desempleo, y todos las grandes problemáticas que se
han profundizado en las últimas décadas; sea utilizada para edificar y
construir una verdadera democracia, esa que sin lugar a dudas cobro vida
en las redes sociales gracias a los jóvenes del movimiento #YoSoy132.
El contagio entre ciudadanos de la
fiebre-democratizadora del país, será clave, por lo pronto, hay ya, una
incipiente epidemia, que sin lugar a dudas deberá trasladarse al terreno
más férreo, es decir lo profundo del sistema político mexicano; sólo
así, los efectos de la oleada del cambio verdadero, se propagarán hacia
cada rincón de México.


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