Uno más de los muchos trucos priístas

Juan José Morales
Escrutinio

Uno más de los muchos trucos priístas

Poco o nada se ha publicado sobre el particular, pero hace poco el consejo electoral del tercer distrito de Quintana Roo impuso al PRI, al llamado Partido Verde y a la candidata de ambos por ese distrito, Laura Fernández Piña, sendas multas por violar las normas sbre propaganda electoral, ya que la instaló en un espacio público —un campo de béisbol propiedad del Ayuntamiento de Cancún—, enmascarada además como publicidad de un periódico, con lo cual —además— se ocultaban gastos de campaña.

Lo interesante de este asunto, empero, no es tanto la sanción en sí —cuya cuantía, de unos 62 mil pesos en total, resulta insignificante en relación con los enormes recursos económicos que manejan ambos partidos—, sino que sirvió para poner de manifiesto algo que PRI y PVEM siguen haciendo impunemente: difundir su propaganda bajo el disfraz de publicidad comercial de algún medio de comunicación.

El caso concreto que motivó la multa al dúo PRI-PVEM fue la instalación en el estadio de béisbol Beto Avila de grandes carteles en los cuales aparecía la portada de un diario local, con la fotografía de la citada candidata y un gran encabezado sobre sus propuestas. A todas luces, se trataba de propaganda electoral, y su ubicación en un inmueble público, que forma parte del patrimonio municipal, constituía una violación al código electoral.

Pues bien, después de largos y prolongados debates en el seno del Consejo, durante los cuales los representantes del PRI, el verde y la candidata llegaron incluso a negar cínicamente que los anuncios hubieran estado ahí alguna vez —pese a que se exhibieron fotografías de ellos— y después adujeron ser ajenos a su colocación diciendo que era publicidad comercial del periódico y no propaganda política, los consejeros consideraron fundada la queja contra ellos y aplicarles una sanción económica.

Pero, como decíamos, esto es sólo una pequeña muestra de las triquiñuelas que utilizan ambos partidos para ocultar su derroche en gastos de campaña. Carteles semejantes a los que se instalaron en el estadio, circulan profusamente por todo Cancún, adosados en autobuses del servicio de transporte urbano.

El truco es simple: a un periódico cualquiera se le paga —por lo general a escondidas— para que destaque ampliamente en la primera plana de alguna edición la imagen y las declaraciones de un candidato. Después, esa primera plana se utiliza como supuesta publicidad comercial del periódico. Oficialmente, entonces, el o los partidos no tienen nada qué ver con el asunto, y no se trata de su propaganda, sino de anuncios comerciales en los cuales, “casualmente”, se ensalza al partido y a su candidato.

Es más: incluso, es el gobierno el que paga esa publicidad política de manera encubierta. La manera de hacerlo consiste en firmar “convenios” mediante los cuales el periódico se compromete, a cambio de cierta asignación económica, a difundir información gubernamental. Pero en la práctica, lo que se paga es esa propaganda partidista.

Esto, repetimos, se ha convertido en una constante en diversos lugares. Es una de las muchas formas en que el PRI y su satélite verde burlan las limitaciones sobre topes de campaña. En el caso concreto de Cancún, el Consejo Local del IFE —órgano superior al consejo distrital— ordenó también que se retiraran de los autobuses esos anuncios políticos y como no se cumplió la orden, el Ayuntamiento tuvo que intervenir a solicitud del IFE para hacerla cumplir, deteniendo los vehículos. Sin embargo, PRI y PVEM sencillamente retiraron los anuncios, y una vez liberados los autobuses, volvieron a instalarlos, en una especie de juego del gato y el ratón que constituye un abierto desafío a la autoridad electoral.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx