El Correo Ilustrado
Ahora que parece que todo se
está decidiendo en México: las elecciones el primero de julio, el G-8 y
el G-20 en Los Cabos, mientras padecemos de pobreza, desigualdad y
violencia asesina, tal vez como en ningún otro lugar del mundo, resulta
que el maestro Calderón se despide del sexenio poniéndose la medalla
ecológica de proscribir el proyecto maloliente de Cabo Pulmo, cuando la
verdadera razón es que uno de los bancos-cajas más corruptos de España,
la Caja del Mediterráneo, en pleno rescate financiero de la Unión
Europea, es la gran financiadora e inversionista del complejo
turístico-fiebre del ladrillo-paraíso fiscal de Baja California. O sea,
que Calderón de méritos ecológicos nada, pura connivencia con los cárteles del capital español en quiebra total. Y su salida de escena es, por decir lo menos, desairada.
Por unas elecciones limpias,
Isabel Vericat
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