Autor: Miguel Badillo *
Por décadas, los mexicanos hemos padecido abusos y atropellos por
falta de una justicia pronta y expedita. Seguramente todos, o por lo
menos la mayoría, hemos renegado en algún momento de jueces y fiscales
que se venden al mejor postor y siempre fallan en contra de los pobres y
de los que menos tienen. Para evitar esto, es necesario que los
impartidores de justicia, ministerios públicos y jueces tengan
garantizado realizar su labor sin presiones, amenazas, chantajes o
sobornos; ni compromisos políticos y mucho menos personales; que tampoco
con motivo de las contiendas electorales, como la que se avecina para
designar nuevo presidente de la República el próximo 1 de julio, reciban
línea para investigar a los contendientes políticos de oposición.
En ese entorno de injusticias, abusos de poder y tráfico de
influencias, preocupa lo que sucede en la Procuraduría General de la
República (PGR), en donde su titular, Marisela Morales Ibáñez, vive
atrapada entre intereses político-electorales, presiones militares,
negocios privados, empresarios y funcionarios corruptos, abogados
mafiosos y criminales que buscan sobornar al Ministerio Público Federal a
cambio de protección.
Esta presión constante a la que está sometida la primera mujer
procuradora, obliga urgentemente a que su jefe inmediato, Felipe
Calderón Hinojosa, acuda en su rescate y ahuyente a todos aquellos que
intentan aprovecharse de la abogada de la nación e impiden que haya una
sana impartición de justicia en ese importante órgano del gobierno
federal.
Ante las muchas evidencias que hay sobre esas presiones, en esta
entrega abordamos sólo lo relacionado con la participación de militares
en la estructura de la PGR. Por ejemplo, en la Subprocuraduría Jurídica y
de Asuntos Internacionales está el coronel de justicia militar
Alejandro Ramos Flores, viejo conocido de la Procuraduría. Otro militar
responsable del área de Inteligencia de la Subprocuraduría de
Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) es el
teniente coronel de infantería Abigai Vargas Tirado. Un teniente coronel
más, de apellido Lizárraga, es responsable de seguridad en las
instalaciones de la Procuraduría y también se conduce como jefe de
escoltas.
Pero la influencia de esos militares en la PGR rebasa a la misma
procuradora y a sus subprocuradores. Por ejemplo, en el caso de José
Cuitláhuac Salinas Martínez, quien a pesar de ser el titular de la
SIEDO, fue hecho a un lado en las investigaciones e integración de las
averiguaciones previas en contra de los tres generales y un coronel del
Ejército Mexicano, quienes hace unas semanas fueron arraigados en esa
Subprocuraduría por supuestos vínculos con el crimen organizado.
El que operó todo el proceso y se encargó de integrar los
expedientes de los cuatro militares de alto rango, fue el teniente
coronel Abigai Vargas Tirado, quien jamás informó de la investigación a
superiores en la PGR y éstos sólo se enteraron hasta que habían sido
detenidos los generales y el coronel.
Si la procuradora Marisela Morales desconfía del titular de la
SIEDO por qué lo tiene ahí, o ¿acaso alguien la presionó para que no
fuera un civil sino un militar quien se encargara de integrar dichos
expedientes? ¿Qué ocultan esas investigaciones jurídico-militares en
contra de generales de tres estrellas (de división)? ¿Realmente es tan
peligroso el general Tomás Ángeles Dauahare? O todo se trata de ajustes de cuentas
entre militares, y la PGR sólo sirvió para responder a intereses
personales con fines sucesorios en la Secretaría de la Defensa Nacional.
De acuerdo con generales y coroneles consultados por Contralínea,
las acusaciones y detenciones de militares de alto rango generaron
malestar, inconformidad y preocupación en el primer círculo del
secretario Guillermo Galván Galván, pues están conscientes de que
cualquiera puede ser acusado sin pruebas y llevado a prisión por
supuestos nexos con el narcotráfico o el lavado de dinero, sólo basta que se induzca a algún testigo protegido y la PGR se encarga de cuadrar el expediente.
Un académico experto en el estudio de las fuerzas armadas,
Guillermo Garduño, conferencista en el Colegio de la Defensa Nacional,
le dijo al reportero Zósimo Camacho que el presidente de la República,
Felipe Calderón, ha alterado todo el sistema de la Defensa y con dichas
detenciones de los generales excluyó de la sucesión a la generación de
militares anteriores a 1968.
Garduño descartó que las indagaciones de la SIEDO busquen erradicar
la corrupción entre las Fuerzas Armadas de México: “Las investigaciones
tienen dedicatorias muy concretas”, aseguró, pues aun y cuando los
militares detenidos estuvieran involucrados con el narcotráfico, “la
información la habría tenido el propio presidente de la República desde
hace mucho; desde que el general Tomás Ángeles Dauahare era
subsecretario de la Defensa y el general Roberto Dawe era jefe de
Guardias Presidenciales”.
Según Guillermo Garduño, desde la llegada del Partido Acción
Nacional a la Presidencia de la República se inició el desmantelamiento
de los aparatos de inteligencia y contrainteligencia del Estado
mexicano.
Hoy México “no dispone de una estrategia real de seguridad nacional. No sólo no se ha desarrollado, sino que fue despedazada.
Ni siquiera se cuenta con la claridad para definir qué es la seguridad
nacional. La propia ley que existe en la materia es en realidad un nuevo
Código Penal Federal. Es decir, el marco jurídico es insuficiente”,
asegura el investigador.
La próxima semana seguiremos con las presiones que enfrenta en su difícil labor la procuradora Marisela Morales y le toca el turno a un empresario de la construcción, también vinculado a medios de comunicación (Televisa y El Universal)
y que posee gran habilidad para conseguir lo que quiere, así sea de la
PGR o de otros actores políticos, sin importar el partido al que
pertenezcan. Aunque en este sexenio ha sido más proclive a los
funcionarios panistas, al grado que hace recordar los mejores tiempos de
Carlos Ahumada, con el Partido de la Revolución Democrática. Sin
embargo, el nuevo empresario de la construcción es más hábil, y lo mismo
financia campañas políticas que hace negocios con entidades del
gobierno federal. Pero de eso hablaremos en la próxima entrega. Por lo
pronto duerma bien, procuradora.
*Periodista
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