El Tepache

jueves, 18 de octubre de 2012

Manto protector



Juana Raquel Alvarado Torres, (a) Raquel Alatorre Correa, arrestada por la Seguridad del Estado de Nicaragua, junto con el yucateco Carlos Gustavo Reyes Arce y otras 18 personas, pudieron operar desde el 2008, cuando menos, gracias al silencio cómplice del neobanquero Roberto Hernández Ramírez, denunciado con pruebas por los POR ESTO! desde 1997 por vínculos con el narcotráfico y hoy poseedor de más del 20 por ciento de las acciones de TELEVISA



El Crimen Organizado penetra como la humedad tanto en los edificios públicos como en los del capital "privado", en las sociedades federales y/o estatales, como también en las civiles. NO respeta nada ni a nadie; está aquí y allá, donde es difícil imaginar su presencia.
Yucatán y su capital, la ciudad de Mérida, no son las excepciones que confirman la regla, a pesar del clima de seguridad que les caracteriza, porque debido precisamente a esa tranquilidad que prevalece en "el país que no se parece a otro", la Delincuencia de "altos vuelos" los ha escogido como espacio vital para establecer sus "casas de seguridad", tanto para sus familias y también como bases de apoyo para sus actividades delictivas.
La confianza excesiva; la amabilidad y la generosidad que les son innatas a los yucatecos, ajenos a una "cultura de denuncia", resultan favorables a los objetivos de miembros del Crimen Organizado. 
Esa humedad a la que se hace referencia ha penetrado peligrosamente en la estructura social yucateca a partir de la segunda mitad de la década de los noventas y hoy, de nueva cuenta, se evidencia con la denuncia de los POR ESTO! en los casos específicos de Juana Raquel Alvarado Torres, (a) Raquel Alatorre Correa, arrestada en Nicaragua en el mes de Agosto pasado y vinculada con destacados empresarios inmobiliarios, tal el caso de Armando Palma Peniche. 
Precisamente una de sus narco-mansiones se ubica en Altabrisa, a espaldas de los colegios privados Godwin y Cumbres, en la contraesquina del exclusivo complejo Country Towers (Torres del Country), y a menos de cinco cuadras de las residencias del Consulado de los Estados Unidos en Mérida.
No resulta nada extraño que la narco-mansión se encuentre enclavada en una de las zonas de mayor plusvalía de la capital yucateca, porque Juana Raquel Alvarado Torres, (a) Raquel Alatorre Correa, fue arrestada por la Seguridad del Estado de Nicaragua, junto con el yucateco Carlos Gustavo Reyes Arce y otras 18 personas, con 9.2 millones de dólares en efectivo y restos de cocaína, que transportaban en seis camionetas con el logotipo de TELEVISA, monopolio donde el neobanquero Roberto Hernández Ramírez, denunciado con pruebas por los POR ESTO! desde 1997 por vínculos con el narcotráfico, es hoy poseedor de más del 20 por ciento de las acciones de TELEVISA.
Por tanto, debe entenderse que Juana Raquel y su equipo en el narcotráfico pudieron operar desde el 2008, cuando menos, gracias al manto del silencio cómplice del neobanquero Roberto Hernández Ramírez.
La complicidad, la corrupción y la impunidad fueron y son la constante en las operaciones del narcotráfico, que conducen a situaciones extremas como las que hoy se registran en Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas, Durango, Coahuila, Guerrero, Michoacán y San Luis Potosí, entre otros.
Veamos algunos ejemplos:
Las propiedades de Juana Raquel Alvarado Torres fueron adquiridas, entre otros, con la participación de notarios públicos como Jorge Correa Mena, socio del ex consejero jurídico del Gobierno del Estado, Sergio Cuevas González, en los jugosos negocios que se hicieron al amparo del Poder Ejecutivo.
La narco mansión que se encuentra en la calle 19 No. 559 por 21, de Altabrisa, cuenta con avanzados sistemas de seguridad, entre ellos barda electrificada, cámaras de video vigilancia exterior, interfon con cámara de video y portones eléctricos. Está conformada por cuatro lotes, de los nueve en que se dividió el predio original, que perteneció a la inmobiliaria Casas, Desarrollo y Promoción en Cancún, de Armando Palma Peniche y cuyo director adjunto es Carlos Jesús Góngora Peniche.
Otros predios registrados a nombre de Juana Raquel Alvarado Torres son: el 369 C de la calle 50, entre 53F y 55 del fraccionamiento Francisco de Montejo, que era propiedad de Ana Ileian Campos Alejos. Así como la casa número 509 de la calle 72 por 13I de Residencial Pensiones, de la cual no hay registro en el Catastro, pero sí en el Registro Público de la Propiedad con el folio 537700, desde el 29 de julio del 2011. Según vecinos, fue abandonada o permanece desocupada desde hace varios años.
Ninguna de las personas del rumbo de Altabrisa, entre ellos los más próximos a la narco mansión y otros ubicados sobre la misma calle 21 conocen a los moradores del inmueble e incluso no se aventuraron a salir de sus predios cuando el representante de POR ESTO! acudió a su puerta a preguntarles si conocen o habían visto a los inquilinos de la residencia.
Por medio de los aparatos de interfón que cuentan los predios, los vecinos únicamente dijeron que no sabían quién habitaba la narco mansión y que todo el tiempo permanece cerrada.
Un empleado de vigilancia de la zona se aventuró a decir al reportero: "Observa debajo de las rendijas de los portones, vas a ver que hay dos camionetas, hace varias semanas que no escucho que los portones eléctricos sean abiertos no hay movimiento allá desde hace varias semanas".
El reportero verificó y, efectivamente, en el interior de la mansión se encuentran dos camionetas: una Cherokee, color azul, con placas GRD 3176, de Guanajuato, y otra Lincoln Escalade, color blanco, sin placas y de reciente adquisición.
Junto a la camioneta Escalade se observó lo que es una piscina inflable y un objeto de color naranja, al parecer un casco de ciclista.
Durante el recorrido realizado sobre la calle 21, se pudo constatar que los vecinos de Altabrisa ignoran quiénes son sus vecinos de junto, situación que facilita para que los mismos narcos pasen desapercibidos en las zonas habitacionales de alta plusvalía.
La única persona que se aventuró a mencionar algo sobre la narco mansión pidió el anonimato, tampoco permitió que se le tomaran fotos, y finalizó su conversación con el reportero diciendo que desde hace varias semanas no llegan vehículos a ese predio y que tampoco se escucha movimiento en el interior.
Se visitó también, en el fraccionamiento Jardines de Vista Alegre, en la calle 8 por 17-B, el predio 299 donde se encuentra otra de las casas adquiridas por Juana Raquel Alvarado Torres, el 29 de febrero del 2012.
Ese predio, según los vecinos, fue desocupado por sus antiguos moradores en diciembre del 2011 y se supo que la dueña lo vendió a unas personas de fuera.
El inmueble jamás fue ocupado por sus nuevos propietarios.
La gente de Vista Alegre se mostraron asustadas por la noticia que el inmueble fue adquirido por Juana Raquel, presa en Nicaragua por narcotráfico.
Nunca imaginamos que el narco llegara a nuestra colonia y tan cerca de nosotros, remataron los entrevistados.
En Jardines de Vista Alegre se pudo corroborar que el inmueble lleva cerrado varios meses, la maleza en lo que fue el jardín ha crecido y en las rejas de hierro se observaron varios estados de cuenta y trípticos publicitarios.

Rutas del narco

Asimismo, la Procuraduría General de la República (PGR) ya logró identificar el punto fronterizo del Estado de Chiapas que utilizaba el grupo comandado por Juana Raquel Alvarado Torres para entrar y salir del país cada vez que recorrían Centroamérica.
Según fuentes de la PGR, los vehículos partían de la Ciudad de México con destino a Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
El registro del cruce fronterizo ubicado en Chiapas por parte de las autoridades mexicanas, sumado a los datos que han proporcionado los gobiernos centroamericanos, permite reconstruir la ruta que seguía esa caravana en el trasiego de dinero y drogas.
Es una ruta que, a partir de enero del 2008, fecha que consta como el primer ingreso de Juana Raquel a Nicaragua, se utilizó de manera permanente para el movimiento, sin que ninguna autoridad policiaca o aduanal interviniera en México, pero tampoco en el extranjero.
Los registros migratorios proporcionados por Nicaragua, Panamá y Costa Rica, indican que el uso de camionetas con logotipos de TELEVISA fue una constante entre los años 2008, 2009, 2011 y hasta el pasado 20 de agosto del 2012, cuando finalmente fueron detenidos los 18 mexicanos por policías nicaragüenses.
De acuerdo con la PGR, el grupo de Juana Raquel salía legalmente por las garitas o recintos aduanales que operan actualmente en la frontera de Chiapas con Guatemala. 
Las aduanas chiapanecas que abarcó esta investigación son las que se denominan Viva México, El Garitón, El Carmen Xcan, San Gregorio Chamic, Tzimol y Quija.
Las indagatorias ya descartaron que los vehículos integrantes de la caravana utilizaron los cruces fronterizos legales que existen en los Estados de Tabasco y Quintana Roo y que conectan México con Guatemala y Belice, respectivamente.
Una vez que los mexicanos ingresaban a Guatemala, la caravana se dirigía a la aduana El Florido, que comunica a esa nación con Honduras.
En el último viaje de la caravana, el grupo de mexicanos ingresó a territorio hondureño el pasado 19 de agosto, justamente a través de la aduana de El Florido. En menos de 24 horas, el grupo atravesó Honduras y el 20 de agosto del 2012 entraron a Nicaragua a través de la aduana de Las Manos, donde finalmente fueron detenidos por la Policía Nacional de ese país.
Sin embargo, los registros previos indican que ya antes habían pasado por territorio nicaragüense, utilizando los cruces fronterizos de Peñas Blancas, en los límites de Nicaragua y Costa Rica, así como el de El Espino, entre Honduras y Nicaragua. Además, el gobierno de Daniel Ortega ya reconstruyó el recorrido que seguían las camionetas mexicanas dentro de su territorio.
Cuando ingresaban por Las Peñas, en la frontera con Costa Rica, los mexicanos se dirigían a Honduras atravesando los municipios o distritos de Rivas, Granada, Masaya, Managua, Sébaco, Estelí y Nueva Segovia, donde su ubica la aduana de Las Manos. 
Una variación de esta misma ruta consistía en desviarse hacia el puesto fronterizo de El Espino, que se ubica en el distrito de Madriz.
Entre Costa Rica y Panamá existen registros de que el mexicano Juan Luis Torres Torres, quien sostiene que sí es empleado de TELEVISA, cruzó varias veces entre los años 2008 y 2009.
Torres Torres ingresó a Panamá procedente de Costa Rica a través del cruce conocido como Paso Canoa en tres ocasiones: el 30 de abril del 2008, el 9 de noviembre del 2008 y el 15 de febrero del 2009. 
En su último ingreso a Panamá, Torres aparentemente estaba acompañado por Pablo Guerra Sosa, otro de los 18 detenidos y procesados por narcotráfico, crimen organizado y lavado de dinero en Managua, Nicaragua.
Con el conocimiento de todos los cruces fronterizos que utilizaron, es posible identificar la mayor parte del recorrido hecho desde México hasta Panamá. Sin embargo, la PGR todavía no ha detallado las rutas que seguían dentro del país.

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