Por Mariana Favela * / PosgradosUNAM#YoSoy132
Foto: José Andrés Solórzano
Frente a una organización que ensaya una democracia directa
y participativa, los medios al servicio del poder y el poder al servicio de los
medios, se esmeran por construir cabezas ficticias cuyo discurso se acopla con
comodidad a la cartelera de la simulación democrática. La política de la imagen
que ayudó a construir el producto presidencial, inventa ahora la imagen
telenovelera de muchachos críticos cuyo discurso se adapta con comodidad al
teatro democrático. El sistema telepolítico se aprovecha de la miseria ética de
los sujetos que se prestan para ello. La crítica más peligrosa que un
movimiento social puede hacer a las estructuras tradicionales del poder es
organizarse de forma descentralizada, democrática, horizontal y efectiva. Es peligrosa
porque exhibe el autoritarismo de las estructuras de los partidos políticos,
los
sindicatos charros y los medios de comunicación, pero además es estratégica
porque es el mecanismo más efectivo contra la infiltración y la cooptación. Con
formas organizativas no centralizadas, se pueden cooptar individuos pero no al
movimiento. De fondo, el problema del circo telenovelero que Televisa presenta
como “debate político” en el Programa Sin Filtro es la ridiculización de la
protesta social, es la manipulación mediática que sirve para simular una
aparente apertura democrática en los medios y para deslegitimar las demandas
que han articulado amplias movilizaciones, aquellas que apuntan, con acierto, a
la malsana colusión entre el poder político y mediático en este país. Lo que
vivimos es una readaptación de las formas tradicionales de cooptación. Cuando
el telepoder no puede intervenir en la organización social, incorpora a su
programación una versión aligerada, cómoda y ridícula de la crítica. En un país
marcado por el dolor y la muerte, la violencia y la corrupción, la colusión de
la clase política y empresarial con el crimen organizado; en un país
donde el Estado reprime violenta y cínicamente como sucedió en Michoacán; en un
país donde se pretende legalizar la explotación y el abuso de los trabajadores
mediante la reforma laboral; en un país donde la lucha por la autonomía y la
defensa de los territorios indígenas es acallada con fuego y
sangre; en un país donde un represor, ligado con el narcotráfico y que
gobernó el estado con más feminicidios, pretende ocupar la silla presidencial
con el favor de los medios de comunicación, no podemos permitir que nos
distraiga la telenovelización de la protesta social. En el país de las
ficciones hasta la cooptación es simulada. Televisa se queda con los personajes
que inventó. En el país del corporativismo, la tranza y la cooptación, un
movimiento que pretende la democratización auténtica del país, no puede dejar
de celebrar que ha aportado alternativas a la forma jerárquica y centralizada
de organizarse. La lucha contra la concentración del poder en la deliberación
sobre los asuntos públicos, es la mejor estrategia contra la cooptación y los
intentos de desarticulación de la manifestación social. El Movimiento #YoSoy132
sigue trabajando, a pesar de la ofensiva en su contra, que ahora presenta la
cooptación como un espectáculo mediático. No somos la caricatura que Televisa
vende de nosotros. La creatividad, el arte y la espontaneidad con la que miles
de personas en todo el país se reúnen en asambleas y grupos de trabajo, es la
verdadera cara del movimiento. Es la lucha por la democratización del país y
contra el neoliberalismo. El movimiento 132 quiere transformar la vida política
del país desde una visión apartidista, pacífica, plural y democrática. Somos
estudiantes, trabajadores, indígenas, migrantes, maestros, periodistas, amas de
casa, jóvenes, ancianos, campesinos y artistas, todos dispuestos a caminar,
escuchar y aprender de otros. Somos la lucha cotidiana por un país donde
quepamos todos. Nuestra voz y nuestras demandas no caben en la estrechez de sus
pantallas ni de sus poderes. No queremos las migajas del poder, queremos
justicia y libertad para construir una democracia auténtica. El movimiento no
tiene líderes porque somos una voz de voces, un tejido de inquietudes, un paso
en un camino que no es sólo nuestro y en el que, afortunadamente, no hay marcha
atrás. * Mariana Favela @favulas. Estudia el Doctorado en Filosofía de la
Ciencia. Pertenece a la Asamblea de Posgrados UNAM #YoSoy132. Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/26-10-2012/410623.
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