Grillotina
Marco A. Flota
Pero el momento estelar fue cuando recibieron, allá en Madrid, el rey Juan Carlos y el príncipe Felipe, los Borbones, al bombón. Se especifica que así le gritaban al ahora electo sus admiradoras en la campaña:
-¡Enrique, bombón, te quiero en mi colchón!
(Aclaración necesarísima, para que no lo confundan con Ninel Conde -por la guapura, no por el intelecto, desde luego-, porque la exuberante actriz es “El Bombón Asesino” y Peña Nieto pretende cambiar la estrategia de la guerra al narco).
Las primeras etapas de la gira fueron como de pisa y corre:
En Alemania platicó con la primera ministra, doña Angela Merkel, una señora con la talla política de Beatriz Paredes, pero con menos poder que la Gordillo (Y no es pleonasmo: nos referimos a Elba Esther). En Londres se entrevistó Peña Nieto con el primer ministro, pero no tuvo oportunidad de saludar a la reina Isabel: quizá la soberana todavía no se recupera del salto en paracaídas que se echó, junto con James Bond, el día de la inauguración olímpica.
En París recibió al Electo el presidente Francois Hollande y doña Angélica platicó con la primera dama, quien debe haberle pedido que intervenga para que regrese a su patria la francesita Florence Cassez, acusada aquí de secuestro. Y no se produjo, aunque hubiera resultado lógica, una propuesta de intercambio: la Cassez por la también francesa Maude Versini, quien acusa a don Arturo Montiel, su ex, del secuestro de los hijos de ambos. Aunque en este caso, ella cobró “por adela”, cuantioso rescate.
Pero definitivamente la etapa más interesante de la gira fue la de España. Como llegaron a Madrid en viernes por la noche, tuvieron la oportunidad de hacer turismo sábado y domingo.
Quizá se dieron, como cantara el maestro Agustín Lara, en Chicote un agasajo postinero, pero sin que don Enrique bañara a la chulona suya con vinillo de Jerez, porque no es su estilo. Si los indignados que suelen tomar las calles madrileñas se lo permitieron, pudo alfombrarle de claveles la Gran Vía, pero no hacerla emperatriz de Lavapiés, porque ese castizo barrio ya está al nivel de nuestro bravo Tepito.
Y hasta el lunes hubo actividad oficial. Peña se entrevistó con el presidente Mariano Rajoy. Debe haber sido una charla parca, porque Rajoy es muy escueto, al contrario que José María Aznar, quien es muy cuete. Por cierto, en 2001, el día que llegó a México el entonces presidente Aznar con su esposa, la señora Botella, Vicente Fox se casó con su casquito no retornable.
Pero lo más destacable fue la reunión con el rey Juan Carlos de Borbón y su hijo el barbón Felipe, según se pudo notar en la foto oficial.
-¡Estoy nervioso, porque Su Majestad me impresiona! -pudo haber dicho el visitante. Y contestaría el monarca:
-No os preocupéis, don Enrique, yo sólo cazo elefantes, no dinosaurios.
Con el príncipe Felipe la charla debió ser más amable:
-Así que os habéis casado con una estrella de la televisión, don Enrique.
-Efectivamente, Príncipe Felipe, igual que usted.
-Bueno, pero mi esposa fue conductora de noticias, no actuó en telenovelas.
Y es que la princesa Letizia, con Z -Martita sí pronuncia bien su nombre- leía noticias en Televisión Española. (Igual que Adela Micha, pero a doña Letizia no le han arrojado huevos).
¡RRIINNGG¡
-Bueno, Televisa..
-¿Ya saben que Carlos Slim compró al Cruz Azul?
-¿Cómo?
-¡No, perdón: Creo una empresa cementera!
-¡Uff, qué susto!
EPIGRILLO
Un lugarteniente ha sido, de El Mayo, eliminado. Perdón: se dice “abatido” (Sinónimo: asesinado)
-¡Enrique, bombón, te quiero en mi colchón!
(Aclaración necesarísima, para que no lo confundan con Ninel Conde -por la guapura, no por el intelecto, desde luego-, porque la exuberante actriz es “El Bombón Asesino” y Peña Nieto pretende cambiar la estrategia de la guerra al narco).
Las primeras etapas de la gira fueron como de pisa y corre:
En Alemania platicó con la primera ministra, doña Angela Merkel, una señora con la talla política de Beatriz Paredes, pero con menos poder que la Gordillo (Y no es pleonasmo: nos referimos a Elba Esther). En Londres se entrevistó Peña Nieto con el primer ministro, pero no tuvo oportunidad de saludar a la reina Isabel: quizá la soberana todavía no se recupera del salto en paracaídas que se echó, junto con James Bond, el día de la inauguración olímpica.
En París recibió al Electo el presidente Francois Hollande y doña Angélica platicó con la primera dama, quien debe haberle pedido que intervenga para que regrese a su patria la francesita Florence Cassez, acusada aquí de secuestro. Y no se produjo, aunque hubiera resultado lógica, una propuesta de intercambio: la Cassez por la también francesa Maude Versini, quien acusa a don Arturo Montiel, su ex, del secuestro de los hijos de ambos. Aunque en este caso, ella cobró “por adela”, cuantioso rescate.
Pero definitivamente la etapa más interesante de la gira fue la de España. Como llegaron a Madrid en viernes por la noche, tuvieron la oportunidad de hacer turismo sábado y domingo.
Quizá se dieron, como cantara el maestro Agustín Lara, en Chicote un agasajo postinero, pero sin que don Enrique bañara a la chulona suya con vinillo de Jerez, porque no es su estilo. Si los indignados que suelen tomar las calles madrileñas se lo permitieron, pudo alfombrarle de claveles la Gran Vía, pero no hacerla emperatriz de Lavapiés, porque ese castizo barrio ya está al nivel de nuestro bravo Tepito.
Y hasta el lunes hubo actividad oficial. Peña se entrevistó con el presidente Mariano Rajoy. Debe haber sido una charla parca, porque Rajoy es muy escueto, al contrario que José María Aznar, quien es muy cuete. Por cierto, en 2001, el día que llegó a México el entonces presidente Aznar con su esposa, la señora Botella, Vicente Fox se casó con su casquito no retornable.
Pero lo más destacable fue la reunión con el rey Juan Carlos de Borbón y su hijo el barbón Felipe, según se pudo notar en la foto oficial.
-¡Estoy nervioso, porque Su Majestad me impresiona! -pudo haber dicho el visitante. Y contestaría el monarca:
-No os preocupéis, don Enrique, yo sólo cazo elefantes, no dinosaurios.
Con el príncipe Felipe la charla debió ser más amable:
-Así que os habéis casado con una estrella de la televisión, don Enrique.
-Efectivamente, Príncipe Felipe, igual que usted.
-Bueno, pero mi esposa fue conductora de noticias, no actuó en telenovelas.
Y es que la princesa Letizia, con Z -Martita sí pronuncia bien su nombre- leía noticias en Televisión Española. (Igual que Adela Micha, pero a doña Letizia no le han arrojado huevos).
¡RRIINNGG¡
-Bueno, Televisa..
-¿Ya saben que Carlos Slim compró al Cruz Azul?
-¿Cómo?
-¡No, perdón: Creo una empresa cementera!
-¡Uff, qué susto!
EPIGRILLO
Un lugarteniente ha sido, de El Mayo, eliminado. Perdón: se dice “abatido” (Sinónimo: asesinado)
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