Mal le ha ido al gobernador de Chihuahua, César Duarte, por el manejo público de la información sobre el asesinato de alto impacto de los jóvenes Diego y David Páramo González, hijo de dos periodistas. Pero algo debe de hacer el gobernador, sobretodo para ocultar en dónde se encontraba la noche del asesinato. Duarte, dicen los que saben, se
encontraba en la Casa de Gobierno de Aguascalientes a la hora aproximada del crimen, cantando junto a Juan Gabriel, poco antes de que se fuera al Palenque de la Feria de San Marcos. Ah que don César. Le gusta bailar, cantar. La pregunta es si le gusta gobernar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario