El Tepache

miércoles, 3 de abril de 2013

Murió Cervantes Cabeza de Vaca, uno de los líderes del movimiento de 1968


Estuvo preso en la penitenciaría de Lecumberri de 1968 a 1971
Sus testimonios, clave para el libro La noche de Tlatelolco, escrito por Elena Poniatowska
De la Redacción
 
Destacado dirigente durante el movimiento estudiantil de 1968, razón por la que estuvo preso y fue sometido a torturas en diversos interrogatorios, Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca falleció la tarde de ayer, a los 70 años de edad, en la ciudad de México.

Cervantes Cabeza de Vaca era representante de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo ante el Consejo Nacional de Huelga (CNH). Fue detenido a finales de septiembre de 1968 y recluido en la penitenciaría de Lecumberri, donde fue torturado, entre otros, por Miguel Nazar Haro (quien después se convertiría en titular de la Dirección Federal de Seguridad).
Su deceso ocurrió a raíz de problemas cardiacos y la diabetes que padecía desde hace varios años, informó a La Jornada, vía telefónica, su esposa Nubia Rodríguez Buendía.
Desde hace tiempo su estado de salud era delicado debido a sus padecimientos, además de que había sufrido varios infartos. Murió en su casa, ubicada en la delegación Tláhuac.
Fue uno de los líderes más activos durante el movimiento estudiantil de 1968. Las autoridades aseguraron que él fue quien colocó la bandera rojinegra en el asta del Zócalo de la Ciudad de México tras la manifestación del 27 de agosto de aquel año.
En aquella época estudiaba la carrera de ingeniero agrónomo forestal en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo.
Fue detenido el 27 de septiembre de 1968 (días antes de la matanza de Tlatelolco), cuando agentes de la Dirección Federal de Seguridad allanaron la casa en donde se alojaba, ubicada en las afueras del Distrito Federal.
Se le acusó de incitación a la rebelión, asociación delictuosa, rebelión, ataques a las vías generales de comunicación, daño en propiedad ajena, robo y despojo. Estuvo preso en la penitenciaría de Lecumberri de 1968 a 1971 y una vez que quedó libre vivió un tiempo en el exilio en Chile.
Durante su reclusión en Lecumberri (donde también fueron encarcelados otros dirigentes estudiantiles, como Raúl Álvarez Garín, Félix Hernández Gamundi, Marcelino Perelló y Gilberto Guevara Niebla) enfrentó varios simulacros de fusilamiento.
El ex líder estudiantil afirmó en varias ocasiones que la cicatriz que tenía en la cara se la provocó de un puñetazo el propio Nazar Haro.
Compartió la prisión con otros presos políticos, como Demetrio Vallejo, Heberto Castillo, Valentín Campa, José Revueltas, José Tayde Aburto, Salvador Ruiz Villegas y Romeo González, entre otros.
Foto
Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, en conferencia de prensa fuera de la Fiscalía Especial para Asuntos Políticos y Sociales del Pasado, en octubre de 2002Foto María Luisa Severiano
Fue fundador del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) junto con Vallejo, Castillo y muchos luchadores sociales más.
En 1994 el Partido del Trabajo lo postuló candidato al Senado de la República.
Sus testimonios fueron fundamentales para el libro La noche de Tlatelolco, escrito por Elena Poniatowska. En uno de los pasajes de esa obra, Cervantes Cabeza de Vaca narra la experiencia que sufrió durante un interrogatorio en Lecumberri; sus captores pretendían que delatara a sus compañeros y a políticos y líderes sociales que, de acuerdo con las autoridades, financiaban y apoyaban al movimiento estudiantil:
“El mayor se me acercó y me puso un capuchón de una tela gruesa como lona, pero su tejido dejaba pasar algunos rayos de luz de los focos. Me cubría toda la cabeza hasta el cuello, cerrándolo a la altura de la garganta. Me doblaron los brazos y me ataron las manos por la espalda (…) Los pasos del soldado se acercaron y un golpe de su mano empuñada se estrelló en mi estómago al tiempo que preguntaba ‘¿Quién les da el dinero?’ (…) Más golpes, ahora en los testículos. Un intenso dolor hizo que se me doblaran las piernas y caí al suelo. Ahora ya no eran golpes, sino patadas en todo el cuerpo (…) Gritaba de dolor, de impotencia, de coraje, y las lágrimas brotaban de mis ojos (…) Los golpes se combinaron con toques eléctricos en los testículos, en el recto, en la boca. Y más preguntas.”
Cervantes Cabeza de Vaca trabajó en la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (1971), en la Subsecretaría Forestal de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (1975) y en la Dirección de Planeación Forestal de la Secretaría de Programación y Presupuesto (1977-80).
Fue profesor en la Universidad de Zacatecas de 1980 a 1990; colaboró para el Programa Nacional de Reforestación (1994-98) de la Secretaría de Desarrollo Social, y fue vocal ejecutivo de los Chimalapas durante el gobierno de Heladio Ramírez, en Oaxaca.
El año pasado dio su apoyo al movimiento #YoSoy132, pidió congruencia y honestidad a los integrantes de ese colectivo y les recomendó que una vez pasada la elección presidencial no terminaran su lucha.
Los restos de Cervantes Cabeza de Vaca fueron velados anoche en la funeraria del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de San Fernando, en el sur de la ciudad de México. Le sobreviven su esposa Nubia y dos hijas.

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