El Tepache

martes, 26 de febrero de 2013

Y eso que apenas van dos meses


Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes

En el lapso que lleva la actual administración federal, que sus dirigentes definieron como “una nueva alternancia”, está visto que el PRI llegó a Los Pinos con el único objetivo de consolidar el proyecto entreguista delineado desde el exterior, sin que importen las consecuencias. Esto es muy grave, porque luego de tres décadas de caminar por la ruta que conduce al abismo de la ingobernabilidad, lo razonable y sensato debía ser, cuando menos, hacer un alto para buscar salidas a lo que parece inevitable. 


No hacerlo ahora, con la firmeza y visión necesarias, será cancelar toda posibilidad de lucha pacífica por vías democráticas, porque el país no aguantaría otro sexenio más de total depredación de las riquezas nacionales, en medio de una violencia del Estado cada vez más sangrienta, a fin de apaciguar el descontento de las masas cada vez más depauperadas. Está visto que el grupo en el poder carece de una elemental conciencia de la gravedad social en el país, y sigue considerando que bastan acciones demagógicas y corruptoras para superar el descontento popular.
Habrán de continuar las prácticas que tan buenos resultados le dieron al PRI corporativo del pasado, como se puso en evidencia en la ceremonia del 77 aniversario de la fundación de la CTM. Se escenificó en un ambiente que nos retrotrajo a los tiempos en que Fidel Velázquez era el todopoderoso aliado del mandatario en turno, con el propósito de apuntalar intereses de la jerarquía cetemista, a cambio de asegurar el voto de los trabajadores. La camarilla sindical en turno ha demostrado su deslealtad a la clase que dice representar, así que nada pueden esperar de ella los trabajadores.
A esa camarilla sólo le interesa mantener sus privilegios, absolutamente inmorales, como lo demuestra la vida de magnates que llevan los más prominentes, como Joaquín Gamboa Pascoe y Carlos Romero Deschamps. Como son muchos años los que llevan disfrutando de increíbles beneficios, sin que nada ocurra, piensan que así pueden seguir de manera ininterrumpida. Lo más dramático del caso es que tal suposición puede ser real si los trabajadores no actúan ya en defensa de sus legítimos y muy menguados intereses, al fin que de hecho no tienen ya gran cosa que perder, ni siquiera el trabajo porque de ello se está encargando la reforma laboral.
Tan sólo en dos meses que lleva el gobierno de Enrique Peña Nieto, de acuerdo con cifras del IMSS, 144 mil trabajadores salieron de los registros de la institución. En enero, 258 mil mexicanos pasaron a la desocupación total. La tasa de desempleo tuvo un incremento anual de 10.6 por ciento en enero, con respecto al mismo mes de un año atrás. Es un claro indicio de que la desaceleración económica está en marcha, con las severas implicaciones que tal situación habrá de acarrear a las clases mayoritarias. Esto sin que sea aprobado aún el aumento al IVA, incluyendo medicinas y alimentos, los productos de consumo que más incrementan sus precios.
Pero según Gamboa Pascoe, gracias al “extraordinario” Pacto por México, “les guste o no”, según dijo, ahora hay mejores contratos colectivos y prestaciones. Obviamente, en su alejamiento total de la realidad, no tiene empacho en excederse en la demagogia más ramplona e insultante. Como tampoco lo tiene Peña Nieto al señalar: “Yo celebro que hoy México transite de un sindicalismo, básicamente de defensa laboral, a un sindicalismo promotor del empleo y de la productividad”. Los hechos demuestran que no es ni una cosa ni otra, sino un cáncer maligno que está corroyendo las entrañas de las organizaciones de trabajadores del país.
Lo más lamentable de esta situación, es que la “izquierda” se preste a fungir de comparsa del grupo en el poder, como lo demuestra el modo de actuar del coordinador de la bancada del PRD en el Senado, Miguel Barbosa. En la celebración del Día de la Bandera, no tuvo empacho en hacer un llamado a la paz y a la unidad, lo que sería razonable en otras circunstancias, no en este momento, cuando el país está más desunido que nunca por el aumento de la desigualdad social y la violencia. El reclamo en esta hora debería ser porque se ponga un freno a la voracidad de la oligarquía y de la clase política a su servicio.



Fuente http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=226364

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