El Tepache

sábado, 26 de enero de 2013

Una “luna de miel” muy corta


Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes

Las difíciles condiciones que vive el país, luego de haberse agravado los problemas estructurales del modelo económico en los dos sexenios del PAN, ponen a prueba la capacidad del sistema político para resistir presiones de todo tipo, que podrían derivar en mayor inestabilidad en el corto plazo, en caso de que el gobierno de Enrique Peña Nieto no encuentre las salidas a tan angustiosa realidad. Esta posibilidad es la más factible, teniendo en cuenta la velocidad con la que transcurren los acontecimientos nacionales, superior al nivel de respuesta mediática gubernamental.


No todo el tiempo se podrían fabricar asuntos de interés público que permitieran, por otro lado, emprender acciones antidemocráticas e impopulares, como sería el caso con la aprobación, en la Cámara de Diputados, de la iniciativa del PRI de gravar con IVA alimentos y medicinas. El caso de la francesa Florence Cassez es irrepetible, cuando menos en su repercusión internacional. De ahí la necesidad, casi imposible, de actuar con un elemental sentido social en el diseño de políticas públicas, a efecto de que no se sigan agravando problemas muy complicados en un entorno de por sí difícil. 
Es claro, en este contexto, el imperativo de patentizar a la sociedad que Peña Nieto no tiene compromiso con Felipe Calderón, para brindarle protección a él y a sus principales subalternos, como es fácil sospecharlo ante el cúmulo de hechos que demuestran tal compromiso no escrito. El asunto de la señora Cassez es paradigmático, en cuanto que ahora es una persona libre por culpa de las muchas aberraciones jurídicas del gobierno de Calderón. Haber premiado a Genaro García Luna con la Secretaría de Seguridad Pública, luego de las muchas pifias que cometió como jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en el sexenio de Vicente Fox, es la demostración evidente de firmes complicidades.
Aunque gracias al escándalo provocado por el caso de la francesa acusada de graves delitos, el Instituto Federal Electoral (IFE) pudo hacer pública la exoneración al PRI en el asunto de los monederos Monex, a pesar de la abundancia de pruebas presentadas para haber dictaminado la culpabilidad del actual partido en el poder, con lo que se hubiera confirmado la compra masiva de votos y con ello la ilegitimidad de su triunfo.
Apenas han transcurrido menos de dos meses de ejercicio gubernamental, pero ante la dinámica de los acontecimientos pareciera que ya estamos a mitad del sexenio. A este paso, la “luna de miel” de Peña Nieto con la sociedad se habrá de terminar muy pronto, cosa que advirtiera recientemente el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, en su última visita a México. Podría decirse que está a punto de finalizar, por el empeño en sacar adelante las reformas estructurales, sin antes demostrar voluntad política para frenar la voracidad de la oligarquía, sin tener avances en el combate a la inseguridad, sin quitarse de encima el peso de los intereses de Calderón que siguen pesando en el sistema político.
Buen ejemplo de tal situación es la crisis en que se encuentra el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), porque en los hechos está actuando con el propósito de salvaguardar intereses de Calderón y su grupo, gracias a que tres consejeros fueron impuestos por el ex mandatario, entre ellos el actual presidente, Gerardo Laveaga. Los otros dos son Elena Pérez Jaen y Sigrid Artz, quien ha sido acusada de estar sirviéndose de su cargo para beneficiar a su esposo, Óscar Aguilar Hernández, quien colaboró como consultor externo en áreas de seguridad nacional. 
Fue muy claro el interés de Calderón en acabar con el IFAI original instrumentado a instancias del llamado Grupo Oaxaca, o de utilizarlo para sus propios fines, motivo por el que fueron impugnados los nombramientos de los tres consejeros mencionados. Lo evidente en este momento es que Peña Nieto no interpuso su influencia para evitar que Laveaga quedara al frente del instituto, cuando hasta las consejeras Jaen y Artz se opusieron en un principio, aunque con la finalidad de quedar al frente cualquiera de ellas. Lo importante era no fallarle a Calderón. Con la designación de Laveaga se logró ese objetivo. EL problema ahora es el riesgo de que el IFAI pierda muy pronto su credibilidad.


Fuente http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=219904

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