El investigador de la UNAM, Ciro Murayama, señala que los próximos años, nueve de cada diez jóvenes trabajadores engrosarán las filas del autoempleo, la informalidad, el empleo precario o el desempleo
MEXICO, D.F., 5 de septiembre (EL UNIVERSAL).- De los veinte millones de jóvenes que accederán a la edad adulta entre 2010 y 2019, y que en algún momento podrán incorporarse a una actividad económica (70% de ellos, en promedio, unos 14 millones), si acaso uno de cada diez podrá contar en algún momento con un contrato de trabajo que cuente con todas las prestaciones de ley (1.4 millones).
Nueve de cada diez jóvenes trabajadores engrosarán las filas del autoempleo, la informalidad, el empleo precario o el desempleo, con alta probabilidad de dibujar una trayectoria laboral inestable que combine ese conjunto de situaciones de continua entrada y salida de la ocupación de baja calidad.
Esto lo advierte una investigación hecha por Ciro Murayama, especialista de la UNAM, quien hace esta proyección con base en la tendencia de creación de empleo y crecimiento de la población, que se ha venido desarrollando en los últimos años.
“El ritmo de creación de empleo de la década previa, con un promedio de 140 mil puestos de trabajo formales al año, es insuficiente para dar cabida a los jóvenes que continuarán llegando al mercado laboral en los próximos años”, dice.
En total, más de 16 millones de jóvenes, cada año, estarán trabajando o dispuestos a trabajar. Esa cifra representa más de 100% de los empleos formales hoy existentes en el país.
“Mientras México no crezca y genere oportunidades de educación y ocupación formal crecientes, nuestros vastos contingentes juveniles seguirán corriendo el riesgo, y con ellos toda la sociedad, de ser un amplio ejército delincuencial de reserva”, señala el investigador.
Ciro Murayama explica que la dinámica del mercado de trabajo durante la década previa puede evidenciar hasta qué punto la expansión de la oferta de trabajo supera la creación de empleo de calidad, pues llegaron 5.7 millones de mexicanos a la población activa y se crearon sólo 1.4 millones de ocupaciones afiliadas a la seguridad social, lo que incrementa la expansión de la informalidad y de la población en situación de desempleo abierto.
En su análisis, el economista asegura que, frente al escenario que vive México al alcanzar el mayor número de personas jóvenes en su historia, resulta fundamental atender a esta numerosa generación durante esa etapa clave de su vida.
Murayama recurre a Gonzalo Saraví, especialista en antropología urbana y trabajo, para explicar que ante este escenario los jóvenes pueden participar en actividades delictivas y violentas, lo que habla de un escenario de sentidos en crisis e instituciones incapaces de atender las necesidades de la sociedad.
El investigador señala que es urgente reconocer que no hay mejor política de seguridad pública ni estrategia anticrimen que la inclusión social de los jóvenes que hoy pueblan nuestras calles. “No hay que recortar el gasto, hay que ampliarlo para ellos”, indica.

No hay comentarios:
Publicar un comentario