El Tepache

sábado, 22 de septiembre de 2012

Negro panorama para México: crisis alimentaria en los próximos años



Al cierre de la administración de Felipe Calderón y a unas cuantas semanas del inicio de la gestión de Peña Nieto, el panorama para la mayoría de las familias mexicanas se ensombrece y lejos de verse la luz al final del túnel, éste parece cada día más largo, dado que las condiciones económicas y sociales siguen deteriorándose y no hay indicios de que vaya a variar la política económica seguida en los últimos 30 años. En el aspecto fundamental del empleo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) confirmó que la tasa de desempleo nacional se mantuvo elevada y creció respecto a julio, al mismo tiempo que la informalidad y las condiciones críticas de ocupación aumentaron respecto a un año atrás. La tasa de desempleo en el país se situó en 5.39 por ciento de la fuerza laboral en agosto y abarcó a más de 2 millones 744 mil personas en ese mes.


A lo anterior hay que agregarle que la tasa de informalidad, es decir el ejército de trabajadores que no cuenta con derechos laborales ni sociales o de salud, alcanzó el 28.87 por ciento de la población ocupada el mes pasado, es decir que aumentó a casi 14 millones de trabajadores. Y si por si fuera poco, la tasa de trabajadores en condiciones críticas de ocupación se incrementó de 11.48% a 11.82 por ciento entre agosto de 2011 y el mismo mes de 2012.  Y aún hay más por lo que toca al subempleo -es decir aquellas personas que declaran tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas-  que agrupó a 8.4% de la población ocupada en agosto pasado, es decir, más de 4 millones de personas.  En términos globales, estaríamos hablando que alrededor de 21 millones de jefes de familia que enfrentan serias dificultades para obtener los recursos necesarios para mantener a todos aquellos que dependen de ellos, por lo que no es extraño que la pobreza y la marginación predominen en la población.

Por esa razón constituyen una verdadera tragedia nacional las advertencias que hacen el Banco de México y uno de los principales productores de alimentos del país y América Latina, Grupo Bimbo, en el sentido de que los altos precios de los alimentos se mantendrán así por un largo tiempo, y que los riesgos que implica la crisis alimentaria acompañará a la humanidad no sólo este año sino por varias décadas, lo que representa el mayor reto que enfrentan las economías de todo el mundo. A pesar de eso, no se ve en los integrantes del equipo de transición o en el mismo Enrique Peña Nieto actitudes, conductas, proyectos o planes de gobierno que puedan hacer frente a esa situación para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, y en cambio lo que se ve son acciones precipitadas para aumentar los márgenes de ganancia de las empresas instaladas en México, la mayoría de capital extranjero, como si en lugar de haberse elegido un nuevo gobierno para el país se hubiera designado una junta directiva de un negocio particular denominado México, S. A., cuyo propósito fundamental es maximizar las ganancias de los socios.

El presidente de Grupo Bimbo, Daniel Servitje, advirtió en el foro “Economía Verde, Retos y Oportunidades para México”, que es indispensable diseñar políticas públicas para producir 50 por ciento más alimentos que los que se producen actualmente, pero con la misma cantidad de tierra y agua en los próximos 18 años. A unas semanas de que tome posesión el nuevo gobierno, no se conoce ningún plan o proyecto que vaya en ese sentido, en el del aumento de la producción de alimentos, particularmente en los sectores agropecuario y pesquero, incluso para impulsar la industrialización de los mismos. No hay a la vista soluciones o al menos propuestas que sirvan para enfrentar el reto reseñado por el acaudalado empresario quien destacó que la solución debe involucrar a gobiernos, productores, empresas y consumidores.

El análisis de la situación que atraviesa el país realizado por el Banco de México también resalta los focos rojos en materia de alimentación para la población en general, aunque parte de la perspectiva de riesgos para la macroeconomía. Señala que el balance de riesgos para la inflación se ha deteriorado, así como la posibilidad de que el impacto de los altos precios de insumos en el exterior influya sobre los costos internos se mantenga por un periodo largo. Advierte que los efectos de los fenómenos climatológicos como la sequía y de la epidemia aviar tomarán tiempo para resolverse.

Por si fuera poco, también alertan que se ha elevado el riesgo de contagio del choque de oferta sobre los alimentos hacia otros precios de productos en general. Señalan que cada vez un mayor número de productos tienen incrementos superiores a 4 por ciento; cerca de la mitad de los bienes de la canasta del índice nacional de precios al consumidor y más de la mitad de las mercancías presentan esta situación. Otro elemento de contagio lo constituye el hecho de que la inflación se encuentra por arriba del intervalo de variabilidad (3 por ciento con +/-1) y existe la expectativa de que permanezca en esos niveles varios meses, lo que podría afectar el proceso de formación de precios.

Y para acabar de deteriorar este entorno, como un círculo vicioso, el Banco de México advierte que el incremento de la inflación registrado en las últimas semanas, sobre todo en productos agropecuarios, podría provocar que se modifiquen algunos precios fijados por el Gobierno, incluido el de la gasolina, lo que a su vez impulsará la elevación de todos los demás productos y la inflación. Miembros de la junta de gobierno del banco central advirtieron que para el mediano plazo se podrían dar mayores ajustes a los precios y tarifas fijadas por el Gobierno, como el de la gasolina, dado el costo del subsidio asociado a la brecha entre los precios internos y externos.

No hay señales de que la situación se vaya a componer en el corto o mediano plazo. Aunque para el Banco de México el desempeño del país ha sido balanceado, derivado del dinamismo de las exportaciones y la demanda interna,  “el balance de riesgos para el avance del país ha empeorado, luego de que el crecimiento de la economía mundial ha mostrado indicios de debilidad y las emergentes han seguido desacelerándose”.
Lilia Arellano - Opinión EMET

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