Por: Óscar Balderas
Tw: @OscarBalmen
El patio central del Palacio Nacional está transformado en un set de televisión. Si un extranjero lo viera, no pensaría que esto alguna vez fue una residencia presidencial: docenas de cámaras de televisión, megapantallas, mamparas de tamaño jumbo y un servicio de bebidas a invitados VIP dan la sensación de que este espacio se alquila para grabar una telenovela.
Desde antes de que el sol salga el 10 de marzo, hay tramoyistas, iluminadores, musicalizadores y utileros que ya trabajan en la escenografía que debe enmarcar la frase estrella del acto, que será reproducida enprime time en las televisoras nacionales: “100 Días” o las primeras 2 mil 400 horas de Enrique Peña Nieto como presidente de México.
“Se nota que volvimos. De lujo, ¿eh?”, presume Anabel Dávalos, invitada al evento por la bancada priista en San Lázaro, cuando pasea la mirada sobre el doble presídium de roble que se alarga 20 metros para darle asiento al exgobernador mexiquense y sus acompañantes de lujo.
La escenificación sirve para que ocho palabras del discurso de Peña Nieto sean promovidas por la oficina de Comunicación Social de Presidencia de la República para repetirse en radio y televisión: “No venimos sólo a administrar, sino a transformar”, junto con las imágenes de los aplausos y oropel.
Así, Peña Nieto delineó cómo quiere ser recordado por los mexicanos, cuando su estancia en Los Pinos caduque en 2018: el presidente transformador… aunque para lograrlo, deba promoverse desde la escenografía.
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Entre la maleza crecida de un terreno baldío, los policías encontraron el cuerpo. Estaba hinchado por los golpes, con señales de tortura, pero no había duda que esos restos aventados desde un auto en movimiento eran de él: Salvador González Magaña, director de Seguridad Pública del municipio de Tarímbaro, Michoacán.
Era la noche del 11 de marzo pasado y los forenses informaron a la familia de Salvador que, según los primeros exámenes, el joven de 32 años había sido asesinado esa tarde, luego de un secuestro que duró dos días y fue planeado por el crimen organizado.
Durante la presentación de su reforma en telecomunicaciones, justo a la hora en que Salvador era atormentado en Tarímbaro, en el museo Tecnológico Peña Nieto hablaba sobre la CFE de modernidad y el bienestar para el país.
Su propuesta de dos nuevas cadenas de televisión abierta que pueden ser financiadas por particulares — en cuyo concurso no podrán participar Televisa ni Tv Azteca – apuntaba a su idea de transformación y era anunciada como la nueva reforma del país.
Y es que luego de convocar el 2 de diciembre a los presidentes nacionales del PRI, PAN y PRD a firmar públicamente un documento de 95 compromisos llamado “Pacto por México”, que debían promover desde el poder legislativo, el tricolor vio el perfil del cambio como una obsesión.
El 6 de diciembre, Peña Nieto desistió de la controversia constitucional por la Ley de Víctimas y, un día después, firmó un decreto de austeridad gubernamental.
El 10, presentó su primera reforma estructural: la educativa, que quitó la evaluación y ascenso de maestros al SNTE, para darle esa tarea a un órgano independiente. Un primer golpe para la maestra y líder sindical Elba Esther Gordillo.
Una semana más tarde, anunció la Gendarmería Nacional; el 19, se lanzó al espacio el Satélite Bicententario; el 21, el anuncio de la creación del tren Transpeninsular; el 28, el últimatum de 10 meses a empleados de instituciones de seguridad pública para pasar sus exámenes de confianza.
Enero empezó con acelerador: el 2 desapareció la Secretaría de Seguridad Pública federal para anexarla a la Secretaría de Gobernación; el 8, se presentó el Consejo Rector del Pacto por México; 14, el Plan Nacional Hídrico; y el 21, la Cruzada Nacional contra el Hambre, el programa estrella del gobierno en desarrollo social
El siguiente anuncio reformista fue el 11 de febrero, cuando presentó la Política Nacional de Vivienda; el 12, el Programa Nacional para Prevenir el Delito y el 26 – día 88 de su presidencia – se anunció que, a petición de la PGR, la expriista Gordillo estaba detenida por lavado de dinero.
El 3 de marzo, Peña Nieto celebró que el PRI quitara de sus documentos básicos la oposición a gravar con IVA alimentos y medicinas; el 5, amplió el programa Pensión para Adultos Mayores y el 10 – día 100 – se dedicó a festejar el acumulado de acciones entre políticos de su partido y de oposición.
Para cerrar, el 11 de marzo anunció su reforma en telecomunicaciones. Días redondos para su biografía de transformador… pero no para muchos como Salvador.
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Con rostro serio, Peña Nieto mira a la cámara de televisión y pone un tono solemne a su discurso: “En poco más de tres meses, las acciones del Gobierno de la República han sido plenamente congruentes con lo que ofrecí en mi campaña político-electoral”.
De ser así, el transformador está en apuros: el actual gobierno suma 2 mil 351 ejecuciones en sus primeros 100 días, mientras que en el mismo lapso, el gobierno de Felipe Calderón contabilizó 2 mil 338.
En derechos humanos, Aminstía Internacional ha advertido que ve “mucha cosmética y poca acción”; en transparencia, Peña Nieto ha enfrentado las acusaciones por entregar una declaración patrimonial incompleta: cuatro casas, pero sin decir cuánto valen y dónde se ubican. La misma opacidad en los terrenos regalados, obras de arte y joyas.
En desarrollo social, se ha criticado que el criterio para elegir a los municipios que serán beneficiados con la Cruzada Nacional contra el Hambre está bajo la luz de un interés electoral; y que la justicia ha sido selectiva al aprehender a Elba Esther Gordillo por un enriquecimiento inexplicable, pero se deja libre y con fuero al líder sindical petrolero Carlos Romero Deschamps.
La lista continúa: el crecimiento de las autodefensas regionales ante el incremento del crimen organizado, la falta de atención a la seguridad de los migrantes, la poca claridad para plantear su apoyo o rechazo al IVA en alimentos y medicinas, así como la decisión de que las mujeres en el gabinete presidencial ganen menos que sus homólogos.
Y el cisma del primer magnicidio en el sexenio de Peña Nieto: la tarde del sábado 9, fue ejecutado con 11 tiros el secretario de Turismo del gobierno jalisciense, Jesús Gallegos Álvarez.
El homicidio del político ocurrió al mismo tiempo que personal de limpieza daba los primeros retoques al patio central del Palacio Nacional para que, horas después, el presidente saliera a las cámaras a decir: “No venimos sólo a administrar, sino a transformar”.
Fuente http://revoluciontrespuntocero.com/el-gran-enrique-pena-nieto-el-transformador/
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