Escrito por María del Carmen Méndez Gulias
El sistema educativo en general, pero en particular el mexicano, representa un eje central de mayor importancia dentro de la sociedad, este es el eje, que de alguna manera regula a los individuos dentro de su entorno, es sin duda un arma que puede ser utilizada a beneficio de la persona y su ambiente o a beneficio de los que en la práctica son amos de nuestra nación, para así mantener el estatus de las cosas tal y como están.
Llama mi atención la cantidad de programas que existen para el desarrollo educativo, mismos que en teoría resultan pertinentes y eficaces, y el como la práctica de ellos, se aleja diametralmente de los objetivos que plantean, a mi parecer, estos programas en hojas de papel, son lo que sirven para calmar los ánimos, son los paliativos para mantener el termómetro estable; la realidad es que no existe un interés genuino de las autoridades, por llevarlos fehacientemente a la práctica y mucho menos que de ellos se genere un pensamiento crítico y transformador.
Otro aspecto a destacar es la situación de las instituciones educativas, su estatus y distribución dentro del país, las escuelas secundarias privadas triplican a las públicas, síntoma de una sociedad profundamente inequitativa y sesgada, al igual, que expresa el como la educación cada vez más es vista como un medio económico y material, al parecer en nuestro país, educar es igual a trasmitir para someter y generar dinero a partir de la necesidad, es decir, manipular al pueblo para obtener beneficios, nuestros gobernantes cada vez más se vuelven cínicos de esta situación, se aprovechan de la ignorancia de muchos, para obtener control, poder y recursos económicos.
El Sistema Educativo Mexicano ha dejado casi completamente de lado la recuperación de nuestras tradiciones indígenas, así como, se ha olvidado, en parte por la dificultad que implica y en parte por la conveniencia, irresponsabilidad e ineficiencia, de integrar a la población en edad de acudir a la escuela de las comunidades indígenas, es impactante que además de esto, los espacios sean indignos y los profesores no estén capacitados para ser promotores del sistema educativo; si la constitución en su artículo 25 establece que un mínimo del 8% del producto interno bruto debe ser destinado a la educación, ¿en donde se invierte verdaderamente este capital y bajo que criterios?.
Si existen leyes aunque algunas sean confusas, pero existen, y están hechas para proteger al individuo y garantizarle una educación básica obligatoria, así como digna, que le permita ser transformador poderoso de su sociedad y realidad inmediata, las preguntas necesarias son ¿Por qué los gobernantes de este país se empecinan en no hacer válidos estos derechos? ¿Cómo podemos hacer para cambiar la situación actual del SEM y así garantizar que nuestra nación no irá en decaimientos constante?
Las respuestas que le doy a las incógnitas anteriores son, en primer lugar porque les conviene que seamos ovejas mano de obra barata, sin capacidad de reflexión, y la segunda que los que nos encontramos educados contribuyamos desde nuestro lugar a la construcción y transformación de nuestro entorno, así como, propiciar en éste una continua reflexión y análisis. Seguramente en cuanto a esto hay más respuestas, estas son a las que hoy llego.
El siglo XXI se vislumbra como el del “desarrollo del conocimiento”, en épocas pasadas el ser humano basó su economía en sistemas de producción e intercambio comercial, en la actualidad, los países desarrollados invierten en tecnología, innovación, ciencia e investigación, porque ahí esta ubicado el desarrollo, en el conocimiento, es así, como el tema de la educación se vuelve inmensamente más importante, ya que la economía estará basada en esto, ¿en que posición pone esto a México? La necesidad de invertir en educación de calidad, de educar y educarse se vuelve entonces vital, porque sin ella el futuro de nuestra nación, de ser posible, se vuelve aun más oscuro.
Fuentes
Monroy, M (2009). El Sistema Educativo Mexicano: algunas reflexiones. En: M. Monroy, O. Contreras y O. Desatnik (coaut). Psicología Educativa. México: Facultad de Estudios Superiores Iztacala UNAM, pp. 7-63.
Consejo de especialistas para la educación. (2006). Los retos de México en el futuro de la educación. México: SEP, pp. 19-34.
INEE (2005). La calidad de la educación básica en México. Resumen ejecutivo. México: INEE
No hay comentarios:
Publicar un comentario