El Tepache

viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Qué mensaje envía Peña al ciudadano?



Enrique Peña, que en unas horas será presidente constitucional, de México mandó un mensaje cargado de simbolismo a la clase política, consistente en que Gobernación será la supersecretaría de la nueva administración, cuyo propósito es poner orden en el gobierno federal, presentar un frente firme ante los cuasi-independientes estados de la República, los inflados sindicatos, los ingentes poderes fácticos y el poder hegemónico que ejerce el Congreso. Es el anuncio de que la política va a primar, inclusive sobre la tecnocracia atrincherada en Hacienda y el Banco de México, que son el poder bajo el trono desde hace 30 años. Por ser un proyecto de tal calado, me parece sensato que el Senado ponga límites a ese ministerio del interior para evitar que se convierta en una policía política, en detrimento de la democracia.



¡Enhorabuena por los políticos! Pero, ¿qué mensaje envía Peña al ciudadano? Por ahora sólo ha recibido señales confusas: en días pasados se montó un ofensivo cerco en los alrededores de la Cámara de Diputados que irritó a la gente común, aunque ante la dura crítica se desmanteló parcialmente. La lectura es: hay un grave error, pero se corrige. Sin embargo, falta un mensaje de alto simbolismo político para quienes le eligieron presidente. A mi juicio existe una gran deuda de los políticos con los gobernados, que alcanza niveles históricos durante los gobiernos, insulso el de Fox y nocivo el de Calderón, que se manifiesta como desconfianza y puede ser explosiva si empeora el entorno global, pues quitaría el poco oxígeno que da vida a la economía mexicana.


¿Cómo saldar esa deuda, esa brecha que confronta al pueblo y al gobierno? Creo que el gesto de mayor simbolismo que puede dar el presidente entrante es el anuncio de que la burocracia adoptará el principio juarista de vivir como la clase media, y que viene a servir al ciudadano y no aprovecharse de las facultades que le delega. Este gesto implicaría renunciar a salarios millonarios y prebendas, como automóviles, celulares, viáticos, seguros de vida, de salud y demás gastos personales a cargo de los impuestos. Que quien desee tales lujos lo cubra con su salario: un gesto similar al que hizo el presidente de Francia, François Hollande. Sería de enorme utilidad pública y de alto valor político que los funcionarios usen los servicios públicos; sin duda mejorarían su calidad. Pero lo más significativo es su efecto igualador: si el funcionario convive con la gente profesará los valores de la clase media y se alejará de la nociva ideología de la plutocracia.


Héctor Barragán Valencia - Opinión EMET
Fuente http://www.revistaemet.com/nota/-que-mensaje-envia-pena-al-ciudadano-/13662

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