El Tepache

sábado, 2 de noviembre de 2013

UN POCO DE MI VIDA V

RAÚL DÍAZ BERLANGA

La raza a la que pertenezco, diò comienzo con un mito: Un aguila con  las alas abiertas devorando una serpiente sujetada por sus garras, mirando al sol, posada en un nopal, en un islote de un gran lago. Desde ese momento visionario, el pueblo mexicano se empezò a desarrollar y debido a su valentia, arrojo y bravura en los combates pronto conquistò otros territorios, formando alianzas con los reyes de Texcoco y Tlacopan, llegando hasta tierras de Guatemala, Nicaragua y Honduras. La gran ciudad-isla de Tenochtitlan, contaba con una poblaciòn superior a los 150 mil habitantes y los tributos que obtenìan de los pueblos sometidos, servìan para sostener a  todos sus habitantes...

La caìda de mi raza, se debiò a una profecia: Los Aztecas se sabìan invasores bàrbaros de las tierras que pertenecìan a otras civilizaciones mucho màs desarrollados que ellos. Supieron adaptarse y asimilar lo mejor de esas costumbres tradicionales, sobre todo  las de los señores Toltecas ( hombre culto y sabio ) de Tula y  la de los señores de Teotihuacan ( ciudad de Dios ). Adoptaron las divinidades tradicionales del Anàhuac y Huizilopochtli fue adorado tanto como Tlaloc, dios de las lluvias y de la agricultura de las nuevas tierras...Tambièn erigieron un templo a Quetzalcòatl (serpiente emplumada) dios adorado en la hermosa y gran ciudad de Teotihuacan que habìa arribado a tierra firme procedente del mar, siendo un hombre blanco y barbado. Preservaron la profecia emanada de la lucha entre Tezcatlipoca y Quetzalcòatl. Esa disputa hablaba sobre la preferencia de los sacrificios humanos, Quetzalcòatl se oponìa a ellos, pero fue derrotado y finalmente tuvo que huir rumbo al Golfo de Mèxico, dejando la promesa y la amenaza de un retorno...Cuando Hernàn Cortès, aparece en escena, frente a las costas de Tabasco, Moctezuma enviò mensajeros a ataviar al conquistador con las vestimentas del hombre-dios, creyendo que se trataba de èl, que tambien era de tez blanca y barbado, dàndole la bienvenida. Sus asesores adivinos, le hicieron creer que se trataba de Quetzalcòatl  y que habìa retornado a anunciar el fin del imperio mexica. Cortès y sus hombres, interpretaròn muy hàbilmente la profecia, sometieron a cautiverio al rey tenochca y fue asì que se consumo la catàstrofe final de mi gran raza...

No hay comentarios:

Publicar un comentario